HIPERPLASIA BENIGNA DE PROSTATA

Revisi�n bibliogr�fica

El Panel de la Gu�a de la HBP realiz� una extensa revisi�n de la bibliograf�a utilizando el Index Medicus Acumulativo y la base de datos MEDLINE. La amplia recopilaci�n de art�culos publicados y material no publicado de relevancia produjo aproximadamente unos 1200 abstractos para su revisi�n. De estos, unos 200 manuscritos fueron elegidos para un estudio en profundidad. El panel utiliz� s�lo articulos publicados en revistas con comit� cientif�co de revisi�n de manuscritos, la mayor parte en revistas anglosajonas. Como regla, se excluyeron art�culos publicados sin revisi�n cient�fica, cap�tulos de libros e informaci�n t�cnica y promocional de fabricantes de equipos o productos farmace�ticos. Las excepciones a esta regla tuvieron que ir documentadas de las razones que ocasionaron su elecci�n. Adem�s, el Panel busc� evidencias de los costes de la HBP y de su tratamiento. Para ello se localizaron publicaciones especializadas y se pidi� la opini�n a expertos del ramo.

Metodolog�a del An�lisis

El Panel de la Gu�a de la HBP adapt� un dise�o expl�cito para la pol�tica a seguir tal como resumi� David M. Eddy. MD, PhD (1992). En este dise�o, los datos espec�ficos, los juicios subjetivos, las preferencias de los enfermos y las t�cnicas empleadas en la generaci�n de la pol�tica est�n expl�citamente articuladas.

La principal limitaci�n de esta pol�tica es el n�mero limitado de estudios cl�nicos bien dise�ados que existe en la literatura. El peque�o n�mero de estudios randomizados y la falta de informaci�n sobre la sensibilidad, especificidad y valor predictivo de los tests de digan�stico limit� sensiblemente la calidad y valor de las recomendaciones generadas. Sin embargo, el uso de un dise�o expl�cito tambi�n permiti� establecer una agenda de investigaciones cl�nicas para resolver este problema.

Las s�ntesis de los resultados de las revisiones estructuradas de la literatura utiliz� el m�todo del perfil de probabilidad desarrollado por Eddy y Hasselblad (1989; Eddy, Hasselblady Shachter, 1990; Eddy y Hasselblad, 1992). Los an�lisis de los datos combinados procedentes de un cierto n�mero de estudios fueron realizados empleando el paquete inform�tico FAST*PRO que permite el c�lculo de los l�mites de confianza (o intervalos de confianza alrededor de una probabilidad media(Eddy y Hasselblad, 1992)
El m�todo del perfil de confianza est� basado en la teor�a estad�stica de Bayes. La combinaci�n de la evidencia se lleva a cabo utilizando bien la f�rmula de Bayes o la f�rmula jer�rquica de Bayer (Critchfield y Eddy, 1989; Eddy, 1989; Eddy, Hasselblad y Shachter, 1990). A menos que se indique lo contrario, la f�rmula jer�rquica de Bayes fu� utilizada para todos los an�lsisis de resultados que se presentan en la Gu�a Cl�nica Pr�ctica.

El Panel eligi� utilizar los resultados de una combinaci�n matem�tica de la evidencia como el 90% del intervalo de confianza para indicar num�ricamente el rango de incertidumbre acerca de la probabilidad de un determinado resultado. Por ejemplo, si para un tratamiento particular el porcentaje del intervalo de confianza del 90% estaba entre el 69 y el 74%, se sabe que para cada 1000 casos de intervalos de confianza constru�dos, aproximadamente el 90% de los mismos contendr�n el valor real del resultado.

Cada resultado que el Panel consider� importante para los enfermos bajo tratamiento de la HBP fu� analizado utilizande este m�todo del perfil del l�mite de confianza y el software FAST*PRO. Las evidencias de todos los estudios que condujeron a tal resultado fueron combinadas para cada modalidad de tratamiento. Los datos obtenidos de los an�lisis fueron entonces utilizados para las encuestas en los pacientes dado que estos datos representan las mejores estimaciones del Panel sobre la probabilidad de los mismos

Terminolog�a de la Gu�a

Un factor importante en el uso de una Gu�a Cl�nica Pr�ctica es su grado de flexibilidad (Eddy, 1990a, 1992). Los t�rminos utilizados en esta Gu�a Cl�nica Pr�ctica que muestran su grado de flexibilidad en el proceso de toma de decisions se describen seguidamente.

    En relaci�n con los tests de diagn�stico, el Panel utiliz� los t�rminos de recomendado, opcional y no recomendado para expresar su grado de preferencia sobre una intervenci�n diagn�stica espec�fica. Si un test era clasificado como opcional, existe una evidencia clara de su beneficio para algunos pacientes. Ello no obstante, los datos son insuficientes para demostrar el valor del test en los enfermos de rutina o para predecir los resultados del tratamiento y la definici�n de resultados normales o anormales del test puede ser incierta. La evidencia es, de esta manera, insuficiente para el uso manadatorio del test antes de la toma de una decisi�n.

    Si el test est� no recomendado, el Panel estima que hay evidencia insuficiente para indicar que el test tiene alg�n valor o que los riesgos potenciales exceden sus posibles ventajas en casos de rutina.

En lo que se refiere a las pol�ticas de tratamiento, el Panel utiliza los t�rminos de standar, recomendado u opcional para expresar el grado de flexibilidad. La explicaci�n de estos t�rminos se describe a continuaci�n.

    Se considera una pol�tica de tratamiento como est�ndar si sus consecuencias sanitarias y econ�micas son suficientemente conocidas para llegar a la conclusi�n de que tal intervenci�n es superior a las dem�s alternativas. Adem�s, un tratamiento est�ndar requiere una virtual unanimidad entre los pacientes sobre su preferencia as� como el conocimiento de los resultados potenciales del mismo y de los alternativos. Una virtual unanimidad implica que el 95% de los sujetos preguntrados est�n de acuerdo sobre el tratamiento definido como est�ndar en comparaci�n con las alternativas.

    Un tratamiento es considerado como recomendado si los resultados del mismo se conocen lo suficientemente bien como para llegar a la concusi�n de que el tratamiento es probablemente superior a todas las dem�s alternativas y de que es preferible para una apreciable (pero no un�nime) mayor�a de los enfermos (entre el 60 y el 95% de los enfermos aprueban el mismo). Dependiendo del enfermo, la situaci�n y otros factores, estas recomendaciones pueden ser ajustadas a la medida de las necesidades de cada individuo.

Una pol�tica de tratamiento se considera opcional si:

  • los resultados no se conocen con certeza
  • se conocen los resultados pero no la preferencia del enfermo
  • la preferencia del enfermo se encuentra dividida (40 a 60% de los sujetos a favor de la intervenci�n y el resto a favor de alguna otra alternativa)