HIPERPLASIA BENIGNA DE PROSTATA
 

1.- INTRODUCCION

Objetivos y Prop�sitos

El 19 de diciembre de 1989 se estableci�n la Agencia para la Pol�tica e Investigaci�n de la Salud P�blica (Agency for Health Care Policy and Research, AHCPR). La agencia fu� creada para mejorar la calidad, adecuaci�n y efectividad de los servicios de salud as� como el acceso a dichos servicios. La Secci�n 911 de la Ley establece dentro de la AHCPR la Oficina del Forum para la Calidad y Efectividad en los Servicios de Salud. La Secci�n 912 establece que el Forum deber� facilitar el desarrollo y las revisiones peri�dicas de Gu�as cl�nicas relevantes que puedan ser utilizadas por m�dicos, educadores y proveedores de cuidados m�dicos para ayudar a determinar como algunas enfermedades, des�rdenes u otras condiciones sanitarias pueden ser mejor prevenidas, diagnosticadas y tratadas cl�nicamente.

El objetivo central de la presente Guia Cl�nica Pr�ctica es definir los m�todos m�s efectivos para diagnosticar la Hiperplasia Benigna de Pr�stata (HBP) e identificar y describir los tratamientos m�s apropiados bas�ndose en la necesidad cl�nica y las preferencias de los enfermos.

Las recomendaciones de esta Gu�a Cl�nica Pr�ctica van dirigidas a los cl�nicos que examinan, tratan y cuidan enfermos con HBP. Entre ellos se incluyen los ur�logos, los m�dicos de cabecera, internos, geriatras y asistentes sanitarios en ambientes hospitalarios, cuidados intensivos, centros geri�tricos, domicilios u otras situaciones. Las recomendaciones tambi�n pueden ser �tiles a los enfermos y a los miembros de su familia, administradores de centros de salud, analistas pol�tico-sanitarios y otros.
Antecedentes
La hiperplasia benigna de pr�stata es un agrandamiento no canceroso de la gl�ndula prost�tica. La pr�stata comienza a aumentar de tama�o durante la edad madura en la mayor�a de los hommbres e incluso antes en algunos. Los datos de los cinco estudios de autopsias m�s importantes (Berry, Coffey, Walsh et al, 1984) sobre 1.075 gl�ndulas prost�ticas, demuestran que el aumento de tama�o que conduce a la HBP puede iniciarse a los 25 o 30 a�os con una prevalencia del 10% a esta edad. Al aumentar la edad, la prevalencia de HBP histol�gicamente identificable aumenta de forma que a los 60 a�os es superior al 50%. A los 85 a�os, la prevalencia de la HBP es del 90%.

Histol�gicamente, este agrandamiento constituye un aut�ntico proceso hiperpl�sico que implica un aumento en el n�mero de las c�lulas epiteliales y del m�sculo liso, as� como un aumento de tejido conjuntivo (McConnel, 1990). La pr�stata humana est� rodeada de una densa c�psula fibrosa. El crecimiento de la pr�stata produce una transmisi�n de presi�n en direcci�n a la uretra, ocasionando de esta forma una resistencia al flujo urinario.

El proceso patol�gico que conduce al desarrollo de los s�ntomas corrientemente conocidos como prostatismo tiene tres componentes: una hiperplasia histol�gica prost�tica, un aumento de la resistencia al flujo urinario y la respuesta del m�sculo detrusor de la vejiga a esta obstrucci�n. No se conoce todav�a muy bien la totalidad de este proceso. Por ejemplo, la correlaci�n entre tama�o de la pr�stata, grado de obstrucci�n y severidad de los s�ntomas urinarios es bastante d�bil.

La pr�stata puede incrementar su tama�o sin producir ninguna obstrucci�n urodin�mica o s�ntomas de la misma. Contrariamente, hay enfermos fisiol�gicamente obstru�dos con un aumento m�nimo. Tambi�n hay enfermos que muestran una hiperplasia histol�gica y una evidencia urodin�mica de obstrucci�n sin s�ntomas aparentes, una condici�n denominada "prostatismo silente". Adem�s, los s�ntomas de la HBP no son espec�ficos. Tras causas de obstrucci�n urinaria (por ejemplo una constricci�n uretral) y algunas enfermedades de la vejiga urinaria ocasionan id�nticos s�ntomas.

Los factores de riesgo m�s importantes para el desarrollo de la HBP son el envejecimiento y la presencia de andr�genos. Los conocimientos epidemiol�gicos y cient�ficos son todav�a insuficientes para entender la etiolog�a de la enfermedad. Faltan datos sobre la historia natural y el tratamiento a largo plazo de la HBP y son escasos los indicadores que puedan ayudar a un correcto tratamiento de la misma. Debido en gran parte a este desconocimiento, existen variaciones geogr�ficas significativas en lo que se refiere al tratamiento de la HBP.