HIDROCORTISONA EN VADEMECUM

HIDROCORTISONA

DESCRIPCION

La hidrocortisona es una hormona esteroide secretada por la corteza adrenal. Comercialmente, está disponible como la hormona nativa y como acetato de hidrocortisona, cipionato de hidrocortisona, fosfato sódico de hidrocortisona, butirato de hidrocortisona, valerato de hidrocortisona, y succinato de hidrocortisona. Por sus propiedades mineralocorticoides y glucocorticoides, la hidrocortisona es el glucocorticoide preferido para la terapia de reemplazo en pacientes con insuficiencia suprarrenal, aunque algunos pacientes requieren la administración concomitante de un mineralocorticoide más potente, como fludrocortisona, para tratar esta afección.

Mecanismo de acción: los corticosteroides endógenos secretados por la corteza suprarrenal, y sus efectos son debidos a modificaciones enzimaticas en lugar de una acción inducida directamente de la hormona. Los corticosteroides se clasifican en en dos categorías, mineralocorticoides y glucocorticoides, en función de su actividad farmacológica primaria.

Los mineralocorticoides alteran el equilibrio de líquidos y electrolitos, facilitando la reabsorción de sodio y de hidrógeno y la excreción de potasio a nivel del túbulo renal distal, lo que resulta en edema e hipertensión. Los glucocorticoides ejercen algunos efectos mineralocorticoides pero también están implicados en cierto número de otras vías metabólicas, incluyendo la gluconeogénesis, redistribución de la grasa, metabolismo de las proteínas, y el equilibrio del calcio.

La hidrocortisona posee ambas acciones mineralocorticoides y glucocorticoides. Las acciones antiinflamatorias de los corticoides se deben a sus efectos sobre las proteínas inhibidoras de la fosfolipasa A2, colectivamente llamadas lipocortinas. Las lipocortinas, a su vez, controlan la biosíntesis de mediadores potentes de la inflamación, tales como prostaglandinas y leucotrienos mediante la inhibición de la liberación de la molécula precursora del ácido araquidónico.

Las dosis farmacológicas de los glucocorticoides inhiben la liberación de la hormona adrenocorticotrópica de la pituitaria, precipitando así la insuficiencia suprarrenal secundaria (cese de la secreción de corticosteroides endógenos). Si se administran dosis suprafisiológicas de glucocorticoides durante largos períodos de tiempo, la corteza suprarrenal se atrofia. La insuficiencia suprarrenal puede ocurrir si estos pacientes son sometidos a estrés fisiológico (por ejemplo, cirugía, infección sistémica, la pérdida de sangre).

Farmacocinética: La hidrocortisona se absorbe rápidamente después de una dosis oral. El efecto máximo después de la administración oral e intravenosa se produce en unas 1-2 horas. El inicio y duración de acción dependen del tipo de inyección (por ejemplo, intra-articular o inyección IM) y de la extensión del suministro local de sangre local. La absorción sistémica tras la aplicación tópica depende del estado de la piel en el sitio de aplicación. La absorción de las preparaciones tópicas se incrementa en las áreas de piel lesionadas o con inflamación, donde la capa córnea es delgada como los párpados, los genitales y la cara o utilizando vendajes oclusivos. Puede haber una pequeña absorción sistémica de las soluciones tópicas, especialmente a través de la mucosa oral. Cuando se aplica un supositorio que contiene acetato de hidrocortisona por vía rectal, aproximadamente el 26% de la dosis se absorbe en sujetos normales.

El fármaco circulante se une extensamente a las proteínas plasmáticas, y sólo la parte no unida de una dosis tiene actividad La hidrocortisona sistémica se distribuye rápidamente en los riñones, los intestinos, la piel, el hígado y el músculo. Las preparaciones tópicas se distribuyen a lo largo de la zona de aplicación, pero sólo pasan mínimamente a la circulación.

Los corticosteroides se distribuyen en la leche materna y atraviesan la placenta.

Las preparaciones tópicas de hidrocortisona se metabolizan en la piel, mientras que la hidrocortisona sistémica se metaboliza por el hígado a metabolitos inactivos. Estos metabolitos inactivos, así como una pequeña porción de fármaco inalterado, se excretan en la orina. La semi-vida biológica de la hidrocortisona es de 8-12 horas.

 

INDICACIONES Y POSOLOGIA

La equivalencia de las dosis de glucorticoides son : cortisona 25 mg = hidrocortisona 20 mg = prednisolona 5 mg = prednisona 5 mg = metilprednisolona 5 mg = triamcinolona 4 mg= dexametasona 0.75 mg = betametasona:0.6 mg

Estas son aproximaciones generales y pueden no ser aplicables a todas las enfermedades o vías de administración.

Para el tratamiento de la insuficiencia suprarrenal:

Pacientes con insuficiencia suprarrenal conocida o sospechada sometidos a cirugía mayor, o con otros factores estresantes agudos (por ejemplo, infección sistémica aguda):

Dosis intravenosa o intramuscular (succinato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 200-500 mg IV o IM al inicio del procedimiento quirúrgico o al inicio del factor estresante fisiológico agudo. Repetir cada 6 horas durante el tiempo que sea clínicamente necesario. La hidrocortisona es el agente preferido. Los pacientes que son tratados con esteroides crónicos deben complementarse con una dosis al menos equivalente a su dosis de esteroides diaria vigente para el período agudo. Se ha utilizado una sola dosis de 100 mg para los procedimientos quirúrgicos menores, pero es más común el uso de mas dosis altas durante los períodos de estrés agudo.

para el tratamiento de la insuficiencia suprarrenal aguda (la hidrocortisona o la cortisona son los agentes de elección):

Administración intramuscular o intravenosa (fosfato sódico de hidrocortisona o succinato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 100-500 mg IM o IV. Se puede repetir cada 2-6 horas, dependiendo de la condición del paciente y de su respuesta
  • Niños: 186-280 mg (base)/kg/día o 10 a 12 mg (base)/m2/día IM o IV en tres dosis divididas.

Administracion subcutánea (fosfato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 100-500 mg SC. Se puede repetir cada 2-6 horas, dependiendo de la condición del paciente y la respuesta.
  • Niños: 186-280 mg (base)/kg/día o 10 a 12 mg (base)/m2/día SC en tres dosis divididas.

Administración intramuscular (suspensión de acetato de hidrocortisona):

  • Adultos: 15-240 mg / día IM. No administrar este producto IV.
  • Niños: 560 mg/kg IM o 30 a 37,5 mg/m2 IM una vez cada tres días; o 186 a 280 mg/kg/día IM o 10-12,5 mg/m2/día IM. No administrar este producto IV.

• para el tratamiento de la hiperplasia suprarrenal congénita, insuficiencia suprarrenal primaria (enfermedad de Addison), o insuficiencia suprarrenal secundaria (la hidrocortisona o la cortisona son los agentes de elección):

Administración oral (hidrocortisona o cipionato de hidrocortisona):

  • Adultos: 20 a 240 mg (base)/día PO, dados en 2-4 dosis divididas.
  • Niños: 2-8 mg (base)/kg/ día PO o 60 a 240 mg/m2/día PO, dados en 3-4 dosis divididas.

Administración Intramuscular, intravenosa o subcutánea (fosfato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 15-240 mg (base)/día IM, SC o IV, dada en dosis divididas cada 12 horas. Una vez que se logra la respuesta, utilizar la dosis más baja que mantiene una respuesta satisfactoria.

Administración intramuscular o intravenosa (fosfato sódico de hidrocortisona o succinato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 100-500 mg IM o IV. Dosis repetidas a intervalos de 2, 4 o 6 horas.
  • Niños: 186-280 mg (base)/kg/día o 10-12 mg (base)/m2/día IM o IV, administrados en tres dosis divididas

Administración intramuscular (suspensión de acetato de hidrocortisona):

  • Adultos: 15-240 mg IM una vez por día. No administrar este producto IV.
  • Niños: 0,560 mg/kg IM o 30a 37,5 mg/m2 IM una vez cada tres días; o 0,186-0,280 mg/kg/día IM o 10-12,5 mg/m2/día IM. No administrar este producto IV

Para uso en postirradiación (facticia) proctitis, criptitis, u otras condiciones inflamatorias de la región anorrectal:

Dosificación rectal (supositorios rectales):

  • Adultos: Para proctitis inespecífica, insertar 1 supositorio dos veces al día, mañana y tarde, durante 2 semanas. Puede darse un supositorio tres veces al día, o 2 supositorios dos veces al día, si es necesario.

Para la proctitis facticia, la duración recomendada de la terapia es de 6-8 semanas o menos, dependiendo de la respuesta.

Para el tratamiento de la enfermedad inflamatoria del intestino (enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa):

•para el tratamiento adyuvante de la enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa:

Administración oral (hidrocortisona o hidrocortisona cipionato)

  • Adultos: 20 a 240 mg (base)/día PO, dada en 2-4 dosis divididas.
  • Niños: 2-8 mg (base)/kg/día PO o 60-240 mg (base)/m2/día PO, dada en 3-4 dosis divididas.

Administración Intramuscular, intravenosa o subcutánea (fosfato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 15-240 mg (base)/día IM, SC o IV, dada en dosis divididas cada 12 horas. Una vez que se ha logrado una respuesta inicial, la dosis de mantenimiento debe basarse en la dosis más baja que mantiene una respuesta satisfactoria.

Administración intramuscular o intravenosa (succinato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 100-500 mg IM o IV. Repetir dosis a los 2, 4 o 6 intervalos de una hora.
  • Niños: 0,666-4 mg (base)/kg/ día IM o IV, o 20-120 mg (base)/m2/ día, administradas cada 12-24 horas.

• para el tratamiento adyuvante de la colitis ulcerosa crónica, particularmente aquellos con enfermedad limitada a la porción distal del recto:

Administración rectal (enema de retención rectal):

  • Adultos: 100 mg, como un enema de retención, cada noche durante 21 noches o hasta que se logre la remisión clínica. Algunos médicos utilizan una dosis inicial de 100 mg dos veces por día hasta que se observa mejoría clínica, seguido de 100 mg una vez en un enema nocturno. Si se continúa el tratamiento durante más de 21 noches, la terapia debe ser retirada gradualmente administrando el fármaco cada dos noches durante 2-3 semanas, para luego de suspender la misma.

Administración rectal (supositorios rectales):

  • Adultos: Insertar 1 supositorio PR 2-3 veces por día, durante 2 semanas. Para los casos más graves pueden utilizar 2 supositorios PR dos veces por día.

Administración rectal (aerosol rectal de hidrocortisona acetato):

  • Adultos: Un aplicador lleno (90 mg de acetato de hidrocortisona) PR una vez al día o dos veces por día durante 2-3 semanas, y cada segundo día a partir de entonces. La formulación en aerosol es generalmente reservada para el tratamiento de la proctitis ulcerosa en pacientes que no pueden retener los enemas de corticoides.

Para los trastornos reumáticos y relacionados, tales como carditis reumática aguda, dermatomiositis sistémica (polimiositis), el lupus eritematoso sistémico (LES), la arteritis temporal, enfermedad mixta del tejido conectivo, poliarteritis nodosa, policondritis recidivante, polimialgia reumática, sarcoidosis sintomática, o vasculitis:

NOTA: Para muchas de estas condiciones, la dosis de corticosteroides es muy variable; se aplican las siguientes recomendaciones generales de dosificación

Administración oral (hidrocortisona o cipionato de hidrocortisona):

  • Adultos: 20 a 240 mg (base)/día PO, dada en 2-4 dosis divididas.
  • Niños: 2-8 mg (base)/kg/día PO o 60 a 240 mg/m2/día PO, dados en 3-4 dosis divididas.

Administración intramuscular, intravenosa o subcutánea (fosfato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 15-240 mg/día IM, SC o IV, dada en dosis divididas cada 12 horas. Una vez que se ha logrado una respuesta inicial, la dosis de mantenimiento debe basarse en la dosis más baja que mantiene una respuesta satisfactoria.

Administración intramuscular o intravenosa (succinato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 100-500 mg IM o IV. Repetir dosis a los 2, 4 o 6 intervalos de una hora.
  • Niños: 0,666-4 mg(base)/kg/día IM o IV, o 20-120 mg (base)/m2/ día, administradas cada 12-24 horas.

Como terapia auxiliar en el tratamiento de enfermedades reumáticas como la artritis gotosa aguda, la espondilitis anquilosante, la artritis reumatoide juvenil (ARJ), artrosis postraumática, pseudogota, la artritis psoriásica, la artritis reumatoide:

NOTA: Para muchas condiciones, la dosis de corticosteroides es muy variable; se aplican las siguientes recomendaciones generales de dosificación

Administración oral (hidrocortisona o cipionato de hidrocortisona):

  • Adultos: 20 a 240 mg (base)/día PO, dada en 2-4 dosis divididas.
  • Niños: 2-8 mg (base)/kg/día PO o 60 a 240 mg/m2/día PO, dados en 3-4 dosis divididas.

Intramuscular, intravenosa o subcutánea de dosis (fosfato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 15-240 mg (base)/día IM, SC o IV, dada en dosis divididas cada 12 horas. Una vez que se ha logrado una respuesta inicial, la dosis de mantenimiento debe basarse en la dosis más baja que mantiene una respuesta satisfactoria.

Administración intramuscular o intravenosa (succinato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 100-500 mg IM o IV. Repetir dosis a los 2, 4 o 6 intervalos de una hora.
  • Niños: 0,666-4 mg(base)/kg/día IM o IV, o 20-120 mg (base)/m2/día, administradas cada 12-24 horas.

Administración intra-articular o intralesional (suspensión de acetato de hidrocortisona):

  • Adultos: Inicialmente 5-75 mg en el sitio adecuado; repetir cada 2-3 semanas, según sea necesario. Se prefieren las inyecciones intraarticulares sólo cuando unas pocas articulaciones están involucradas. Las dosis sugeridas para las articulaciones y tejidos específicos son: grandes articulaciones: 25-50 mg; Pequeñas articulaciones: 10-25 mg; Las bursas: 25 a 37,5 mg; Vainas de los tendones: 5-12,5 mg; La infiltración de tejidos blandos: 25-50 mg, pero hasta 75 mg; ganglios: 12,5-25 mg. No administrar este producto IV.

Para el tratamiento de los episodios agudos o exacerbación de la inflamación no reumática incluyendo bursitis aguda y subaguda, epicondilitis, tenosinovitis y no específica aguda:

NOTA: Para muchas condiciones, la dosis de corticosteroides es muy variable; se aplican las siguientes recomendaciones generales de dosificación

Administración oral (hidrocortisona o cipionato de hidrocortisona):

  • Adultos: 20 a 240 mg (base)/día PO, dada en 2-4 dosis divididas.
  • Niños: 2-8 mg (base)/kg/día PO o 60 a 240 mg/m2/día PO, dados en 3-4 dosis divididas.

Administración intramuscular, intravenosa o subcutánea (fosfato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 15-240 mg(base)/día IM, SC o IV, dada en dosis divididas cada 12 horas. Una vez que se ha logrado una respuesta inicial, la dosis de mantenimiento debe basarse en la dosis más baja que mantiene una respuesta satisfactoria.

Administración intramuscular o intravenosa (succinato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 100-500 mg IM o IV. Repetir dosis a los 2, 4 o 6 intervalos de una hora.
  • Niños: 0,666-4 mg(base)/kg/día IM o IV, o 20-120 mg (base)/m2/día, administradas cada 12-24 horas.

Dosificación intra-articular (suspensión de acetato de hidrocortisona):

  • Adultos: Inicialmente 5-75 mg en el sitio adecuado; repetir cada 2-3 semanas, según sea necesario. Se prefieren las inyecciones intraarticulares sólo cuando unas pocas articulaciones están involucradas. Las dosis sugeridas para las articulaciones y tejidos específicos son: grandes articulaciones: 25-50 mg; Pequeñas articulaciones: 10-25 mg; Las bursas: 25 a 37,5 mg; Vainas de los tendones: 5-12,5 mg; La infiltración de tejidos blandos: 25-50 mg, pero hasta 75 mg; ganglios: 12,5-25 mg. No administrar este producto IV.

Como terapia auxiliar en el tratamiento del síndrome del túnel carpiano:

NOTA: El tratamiento definitivo para el atrapamiento del nervio mediano es la cirugía. Los corticosteroides son medidas de carácter temporal; los pacientes que tienen dolor intermitente y parestesias sin déficit motor o sensorial fijos pueden responder al tratamiento conservador.

Administración por inyección local (suspensión de acetato dehidrocortisona):

  • Adultos: 25 mg como una única inyección adyacente al túnel carpiano ha sido eficaz. Se vuelve a evaluar a las 6-8 semanas. Para evitar lesiones del nervio mediano, utilizar técnicas de administración especializadas. El uso de > 2 o 3 inyecciones repetidas no es aconsejable debido a que se puede producir daño del tendón local.

Para el tratamiento de trastornos alérgicos, incluyendo reacciones anafilactoides, reacciones de hipersensibilidad a fármacos, enfermedad del suero, rinitis alérgica perenne o estacional severa, o urticaria:

• Para el tratamiento oral de condiciones alérgicas leves o estabilizadas:

Administración oral (hidrocortisona o cipionato de hidrocortisona):

  • Adultos: 20 a 240 mg (base) / día PO, dada en 2-4 dosis divididas.
  • Niños: 2-8 mg (base) / kg / día PO o 60 a 240 mg / m2 / día PO, dados en 3-4 dosis divididas.

para el tratamiento parenteral de condiciones alérgicas severas como anafilaxis, angioedema, edema laríngeo no infecciosa aguda o reacciones relacionadas con la transfusión de urticaria:

Administración intramuscular o intravenosa (fosfato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 15-240 mg (base) / día IM, SC o IV, dada en dosis divididas cada 12 horas. Una vez que se ha logrado una respuesta inicial, la dosis de mantenimiento debe basarse en la dosis más baja que mantiene una respuesta satisfactoria.

Administración intramuscular o intravenosa (succinato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 100-500 mg IM o IV. Repetir dosis a los 2, 4 o 6 intervalos de una hora.
  • Niños: 0,666-4 mg (base) / kg / día IM o IV, o 20-120 mg (base) / m2 / día, administradas cada 12-24 horas.

Para el tratamiento de enfermedades dermatológicas responden a los corticosteroides (por ejemplo, la alopecia areata, dermatitis atópica, dermatitis herpetiforme bullosa, dermatitis de contacto, incluyendo dermatitis Rhus debido a la hiedra venenosa, el roble venenoso, zumaque venenoso, lupus eritematoso discoide, eczema, dermatitis exfoliativa, picaduras de insectos o picaduras, granuloma anular, queloides, liquen estriado, liquen plano, liquen simple, micosis fungoide, necrobiosis lipídica diabética, pénfigo, la pitiriasis rosada, erupción polimorfa luz, prurito, psoriasis, dermatitis seborreica, o xerosis):

para el tratamiento de las dermatosis leves-moderadas que responden a los corticosteroides:

Administración dosificación tópica (cremas, pomadas, aerosoles o geles que contienen hidrocortisona o acetato de hidrocortisona al 0.5% o 1):

  • Adultos y niños > 2 años: se aplica a las zonas afectadas no más de 3-4 veces por día. Si la condición empeora, o si los síntomas persisten por más de 7 días o desaparecen y aparecen de nuevo dentro de unos días, el tratamiento debe interrumpirse.

Administración tópica (valerato de hidrocortisona o hidrocortisona):

  • Adultos y niños > 2 años: Aplicar con moderación a las zonas afectadas 2-4 veces/día.

Administración tópica (butirato de hidrocortisona):

  • Adultos: Aplicar una capa fina sobre la zona afectada una vez al día o dos veces al día.

Administración intralesional (suspensión de acetato de hidrocortisona):

  • Adultos: 5-75 mg como una única inyección en el sitio adecuado. La dosis depende de la severidad de la condición, la ubicación, el tipo de enfermedad y la respuesta del paciente. Esta formulación no se debe administrar por vía intravenosa

• para el tratamiento de dermatosis inflamatorias severas, como la dermatitis exfoliativa severa, eritema multiforme, la psoriasis severa o síndrome de Stevens-Johnson:

Administración oral (hidrocortisona o cipionato de hidrocortisona):

  • Adultos: 20 a 240 mg(base)/día PO, dada en 2-4 dosis divididas.
  • Niños: 2-8 mg (base)/kg/día PO o 60 a 240 mg/m2 /día PO, dados en 3-4 dosis divididas.

Administración intramuscular, intravenosa o subcutánea (fosfato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 15-240 mg (base)/día IM, SC o IV, dada en dosis divididas cada 12 horas. Una vez que se ha logrado una respuesta inicial, la dosis de mantenimiento debe basarse en la dosis más baja que mantiene una respuesta satisfactoria.

Administración intramuscular o intravenosa (succinato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 100-500 mg IM o IV. Repetir dosis a los 2, 4 o 6 intervalos de una hora. Niños: 0,666-4 mg (base) / kg / día IM o IV, o 20-120 mg (base)/m2/día, administradas cada 12-24 horas.

Administración intralesional (suspensión de hidrocortisona acetato):

  • Adultos: 5-75 mg como una única inyección en el sitio adecuado. La dosis depende de la severidad de la condición, la ubicación, el tipo de enfermedad y la respuesta del paciente.

Para el alivio de la inflamación y prurito anal asociados con las hemorroides:

Administración rectal (enema de retención):

  • Adultos: 100 mg como un enema de retención, cada noche durante 21 noches o hasta obtener alivio.

Administración rectal (supositorios rectales):

  • Adultos: 1 supositorio PR insertado dos veces al día, mañana y noche durante 2 semanas.

Para el tratamiento de trastornos hematológicos que responden a los corticosteroides, como la púrpura trombocitopénica idiopática (ITP), trombocitopenia secundaria en adultos, anemia hemolítica adquirida, eritroblastopenia, y anemia hipoplásica congénita; o para el tratamiento paliativo de enfermedades neoplásicas como la leucemia y el linfoma en adultos y leucemias agudas de la niñez como la leucemia linfocítica agud, leucemia linfocítica crónica, la enfermedad de Hodgkin, el linfoma no Hodgkin (LNH), o el mieloma múltiple:

NOTA: Para muchas condiciones, la dosis de corticosteroides es muy variable. Para las indicaciones mencionadas, se aplican las siguientes recomendaciones de dosificación general.

Administración oral (hidrocortisona o cipionato de hidrocortisona):

  • Adultos: 20 a 240 mg(base)/día PO, dada en 2-4 dosis divididas.
  • Niños: 2-8 mg (base)/kg/día PO o 60 a 240 mg/m2/ día PO, dados en 3-4 dosis divididas

Administración intramuscular, intravenosa o subcutánea (fosfato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 15-240 mg (base)/día IM, SC o IV, dada en dosis divididas cada 12 horas. Una vez que se ha logrado una respuesta inicial, la dosis de mantenimiento debe basarse en la dosis más baja que mantiene una respuesta satisfactoria.

Administración intramuscular o intravenosa (succinato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 100-500 mg IM o IV. Repetir dosis a los 2, 4 o 6 intervalos de una hora.
  • Niños: 0,666-4 mg (base)/kg/día IM o IV, o 20-120 mg (base)/m2/día, administradas cada 12-24 horas.

Para el tratamiento de condiciones inflamatorias respiratorias incluyendo el hemangioma obstructivo de las vías respiratorias en los lactantes, neumonitis por aspiración, la beriliosis, asma bronquial, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), laringotraqueobronquitis (crup), síndrome de Loeffler, edema pulmonar no cardiogénico, o para la profilaxis del broncoespasmo:

NOTA: La hidrocortisona se debe administrar IV o IM inicialmente para el tratamiento de afecciones respiratorias graves o aquellas que comprometen la vía aérea.

Administración oral (hidrocortisona o cipionato de hidrocortisona):

  • Adultos: 20 a 240 mg (base)/día PO, dada en 2-4 dosis divididas.
  • Los niños o bebés: 2-8 mg (base)/kg/día PO o 60-240 mg/m2/día PO, dada en 3-4 dosis divididas.

Administración intramuscular, intravenosa o subcutánea (fosfato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 15-240 mg (base) / día IM, SC o IV, dada en dosis divididas cada 12 horas. Una vez que se ha logrado una respuesta inicial, la dosis de mantenimiento debe basarse en la dosis más baja que mantiene una respuesta satisfactoria.

Administración intramuscular o intravenosa (succinato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 100-500 mg IM o IV. Repetir dosis a los 2, 4 o 6 intervalos de una hora.
  • Niños o bebés: 0,666-4 mg (base)/kg/día IM o IV, o 20-120 mg (base)/m2/día, administradas cada 12-24 horas.

Para el tratamiento a corto plazo de la hipercalcemia asociada con la enfermedad neoplásica:

Administración intravenosa:

  • Adultos: 200-300 mg IV una vez al día durante 3-5 días

Para el tratamiento de la tuberculosis pulmonar fulminante o diseminada en conjunción con un tratamiento antituberculoso apropiado:

Administración oral (hidrocortisona o cipionato de hidrocortisona):

  • Adultos: 20 a 240 mg (base)/día PO, dada en 2-4 dosis divididas.
  • Niños: 2-8 mg (base)/kg/día PO o 60 a 240 mg/m2/ día PO, dados en 3-4 dosis divididas.

Administración intramuscular, intravenosa o subcutánea (fosfato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 15-240 mg (base)/día IM, SC o IV, dada en dosis divididas cada 12 horas. Una vez que se ha logrado una respuesta inicial, la dosis de mantenimiento debe basarse en la dosis más baja que mantiene una respuesta satisfactoria

Administración intramuscular o intravenosa (succinato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 100-500 mg IM o IV. Repetir dosis a intervalos de 2, 4 o 6 horas.
  • Niños: 0,666-4 mg (base)/kg/día IM o IV, o 20-120 mg (base)/m2/día, administradas cada 12-24 horas.

Para el tratamiento de trastornos oftálmicos responden a los corticosteroides, incluyendo conjuntivitis alérgica (no controlada por vía tópica), úlcera corneal marginal alérgica, inflamación del segmento anterior, coriorretinitis, endoftalmitis, oftalmopatía de Graves, herpes zóster oftálmico, iritis, queratitis, inflamación ocular postoperatoria, óptica neuritis, uveítis posterior difusa, o queratoconjuntivitis vernal:

NOTA: Para muchas condiciones, la dosis de corticosteroides es muy variable. Para las indicaciones mencionadas, se aplican las siguientes recomendaciones de dosificación general.

Administración oral (hidrocortisona o cipionato de hidrocortisona):

  • Adultos: 20 a 240 mg (base)/día PO, dada en 2-4 dosis divididas.
  • Niños: 2-8 mg (base)/kg/día PO o 60 a 240 mg/m2/día PO, dados en 3-4 dosis divididas.

Administración ntramuscular, intravenosa o subcutánea (fosfato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 15-240 mg (base) / día IM, SC o IV, dada en dosis divididas cada 12 horas. Una vez que se ha logrado una respuesta inicial, la dosis de mantenimiento debe basarse en la dosis más baja que mantiene una respuesta satisfactoria.

Administración intramuscular o intravenosa (succinato sódico de hidrocortisona):

  • Adultos: 100-500 mg IM o IV. Repetir dosis a los 2, 4 o 6 intervalos de una hora.
  • Niños: 0,666-4 mg (base)/kg/día IM o IV, o 20-120 mg (base)/m2/ día, administradas cada 12-24 horas.

Límites máximos de dosis: las dosis de corticosteroides deben ser individualizados y son muy variable en función de la naturaleza y gravedad de la enfermedad, y de la respuesta del paciente. No hay dosis máxima absoluta. Si el tratamiento se prolonga durante más de unos pocos días, la retirada debe ser gradual.

Los pacientes con insuficiencia hepática: la dosis sistémica pueden necesitar un ajuste en función del grado de insuficiencia hepática, pero no se han publicado recomendaciones cuantitativas

Pacientes con insuficiencia renal: no están disponibles directrices específicas para los ajustes de dosis en insuficiencia renal pero parece que no se necesitan ajustes de dosis.

 
 

CONTRAINDICACIONES Y PRECAUCIONES

Algunos autores afirman que la hidrocortisona está contraindicada en pacientes con infecciones fúngicas sistémicas, pero muchos médicos creen que los corticosteroides pueden ser administrados a pacientes con cualquier tipo de infección conocida, siempre y cuando se administre simultáneamente la quimioterapia apropiada.

La terapia con corticosteroides puede enmascarar los síntomas de la infección y no debe ser utilizada en casos de infecciones virales o bacterianas que no estén controladas adecuadamente con agentes antiinfecciosos, excepto en circunstancias que amenacen a la vida. Las infecciones secundarias son comunes durante la terapia con corticosteroides.

Los corticosteroides pueden reactivar la tuberculosis y no se deben utilizar en pacientes con antecedentes de tuberculosis activa, excepto cuando se ha instituído una quimioprofilaxis concomitante adecuada.

Los pacientes que reciben dosis inmunosupresoras de corticosteroides deben ser advertidos de evitar la exposición al sarampión o la varicela y, si están expuestos a estas enfermedades, para acudir al médico de inmediato.

La hidrocortisona tópica debe usarse con extrema precaución en los pacientes con mala circulación debido al riesgo de ulceración de la piel. La hidrocortisona no debe utilizarse en pacientes con cualquier tipo de infección por hongos o virus, o infección tuberculosa de la piel. Los pacientes deben ser instruidos para notificar a su médico inmediatamente si se presentan signos de infección o lesión, tanto durante el tratamiento o hasta 12 meses después del cese de la terapia. Las dosis deben ajustarse o terapia de glucocorticoides reintroducida, si es necesario.

Si fuese necesaria la cirugía, los pacientes deben informar al cirujano de las dosis corticosteroides que recibieron en los últimos 12 meses y de la enfermedad para la que estaban siendo tratados.

La terapia con corticosteroides se ha asociado con ruptura de pared del ventrículo izquierdo en pacientes con infarto de miocardio reciente, por lo que su uso debe ser empleado con extrema precaución en estos pacientes.

Los pacientes con hipotiroidismo o con enfermedad hepática asociada con hipoalbuminemia, como la cirrosis, pueden tener una respuesta exagerada a los corticosteroides, por lo que estos medicamentos deben usarse con precaución en estos pacientes.

Los corticosteroides causan edema, y pueden exacerbar la insuficiencia cardíaca congestiva e hipertensión, y se deben utilizar con precaución en pacientes con estas condiciones.

Los corticosteroides deben utilizarse con precaución en pacientes con enfermedad gastrointestinal, diverticulitis, anastomosis intestinal (debido a la posibilidad de perforación) o enfermedad hepática que causa hipoalbuminemia como la cirrosis. Aunque se utilizan para el tratamiento a corto plazo de las exacerbaciones agudas de la enfermedad inflamatoria crónica del intestino tales como colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn, los corticosteroides no se deben utilizar en pacientes donde exista una posibilidad de perforación inminente del tracto digestivo, un absceso o una infección piógena. Algunos pacientes pueden requerir tratamiento con corticosteroides a largo plazo para suprimir la actividad de la enfermedad, pero por lo general no se recomienda esta práctica. Los corticosteroides no se deben utilizar en pacientes con úlcera péptica, excepto bajo circunstancias que amenacen la vida.

Los corticosteroides deben utilizarse con extrema precaución en pacientes con psicosis, inestabilidad emocional, infección de herpes ocular, enfermedad renal, osteoporosis, diabetes mellitus y trastornos convulsivos. El uso de esteroides puede agravar estas condiciones.

Los glucocorticoides se deben utilizar con precaución en pacientes con miastenia gravis que están siendo tratados con agentes anticolinesterásicos.

Aunque raramente, los glucocorticoides pueden aumentar la coagulabilidad de la sangre causando trombosis intravascular, tromboflebitis y tromboembolismo. Por lo tanto, los corticosteroides deben utilizarse con precaución en pacientes con coagulopatía preexistente o enfermedad tromboembólica.

Los corticosteroides deben utilizarse con precaución en pacientes con glaucoma u otra alteración de la visión. El uso prolongado de corticosteroides puede causar cataratas subcapsulares posteriores y glaucoma, y puede aumentar la propensión a desarrollar una infección ocular secundaria fúngica o viral. Los pacientes que reciben corticosteroides crónicos deben ser evaluados periódicamente para la formación de cataratas y glaucoma.

La terapia con corticosteroides generalmente no contraindica la vacunación con vacunas de virus vivos, cuando este tipo de tratamiento es a corto plazo (< 2 semanas) con dosis bajas a moderadas, a largo plazo con un tratamiento en días alternos con preparados de acción corta, con dosis fisiológicas de mantenimiento (terapia de reemplazo) o con la administración tópica (piel o los ojos), por aerosol, o intra-articular en las bursitis o tendones. Los efectos inmunosupresores de los tratamientos con esteroides difieren, pero muchos médicos consideran que una dosis equivalente a 2 mg/kg/día o a 20 mg/día de prednisona es suficientemente inmunosupresora como para elevar la preocupación por la seguridad de la inmunización con vacunas de virus vivos. En general, los pacientes con inmunosupresión grave debido a las grandes dosis de corticosteroides no deben recibir la vacunación con vacunas de virus vivos.

Cuando se esté considerando la quimioterapia del cáncer o la terapia inmunosupresora (por ejemplo, para los pacientes con enfermedad de Hodgkin o el trasplante de órganos), la vacunación debe preceder al inicio de la quimioterapia o inmunoterapia por > 2 semanas. Los pacientes vacunados durante la terapia inmunosupresora o en las 2 semanas antes de iniciar la terapia debe ser considerados no inmunizados y deben ser revacunados al menos 3 meses después de la interrupción de la terapia. En los pacientes que han recibido altas dosis de corticosteroides sistémicos durante > 2 semanas, se recomienda esperar al menos 3 meses después de la interrupción del tratamiento antes de administrar una vacuna de virus vivos.

El tratamiento prolongado con corticosteroides debe evitarse en niños ya que estos fármacos retardan el crecimiento de los huesos. Los niños que reciben corticosteroides se vuelven inmunodeprimidos y por lo tanto son más susceptibles a las infecciones. Unas infecciones inocuas para los niños normales pueden llegar a ser fatales en los niños tratados con esteroides, por lo que se debe tener mucho cuidado para evitar la exposición a las enfermedades infecciosas.

Las dosis farmacológicas de corticosteroides administrados durante periodos prolongados pueden resultar en una supresión del eje hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA). La interrupción abrupta del tratamiento puede ocasionar una insuficiencia suprarrenal aguda e incluso la muerte. La retirada de una terapia prolongada con corticosteroides por vía oral debe ser gradual: la supresión HPA puede durar hasta 12 meses después de la interrupción del tratamiento, y los pacientes pueden necesitar un tratamiento suplementario con corticosteroides durante períodos de estrés fisiológico, como la cirugía, la pérdida de sangre aguda o infección, incluso después de que lel fármaco haya sido descontinuado. Igualmente, también puede ocurrir un síndrome de abstinencia no relacionado con la supresión HPA después de la interrupción brusca del tratamiento con corticosteroides que se debe al cambio repentino en la concentración de glucocorticoides en lugar de unos bajos niveles de corticosteroides.

Debido a que los glucocorticoides pueden producir o agravar el síndrome de Cushing, estos agentes deben ser evitadas en pacientes con esta enfermedad.

Algunas formulaciones comercialmente disponibles de hidrocortisona pueden contener sulfitos. Los sulfitos pueden causar reacciones alérgicas en algunas personas y se deben utilizar con precaución en pacientes con hipersensibilidad conocida. Los pacientes que son asmáticos son más propensos a experimentar esta reacción de sensibilidad que los pacientes no asmáticos.

 

 

Varios preparados inyectables de hidrocortisona comerciales están contraindicados en la prematuridad neonatal y en otros pacientes con hipersensibilidad al alcohol bencílico, porque estos productos contienen alcohol bencílico. La administración de alcohol bencílico a los recién nacidos puede resultar en el "síndrome de jadeo", que es una condición potencialmente mortal caracterizada por la acidosis metabólica, y disfunción respiratoria, circulatoria y renal.

 

 
Clasificación de la FDA de riesgo en el embarazo

La hidrocortisona se clasifica dentro de la categoría C de riesgo en el embarazo. Se han comunicado complicaciones, incluyendo paladar hendido, muerte fetal y aborto prematuro, cuando se administraron corticosteroides durante el embarazo. Si estos fármacos se deben utilizar durante el embarazo, los riesgos potenciales se deben discutir con la paciente. Los bebés nacidos de mujeres que recibieron grandes dosis de corticosteroides durante el embarazo deben ser vigilados para detectar signos de insuficiencia suprarrenal, y si es necesario se debe iniciar un tratamiento apropiado.

Los corticosteroides se distribuyen en la leche materna; por lo tanto, se recomienda que las mujeres tratadas con corticosteroides no participen en la lactancia.

 

 
 

INTERACCIONES

NOTA: Las interacciones que se señalan a continuación se refieren a la hidrocortisona sistémica. No existen interacciones conocidas entre los preparados tópicos de hidrocortisona y otra fármacos.

Los inductores de las enzimas microsomales hepáticas, incluyendo los barbitúricos, la fenitoína, la carbamazepina y rifampicina, pueden aumentar el metabolismo de los glucocorticoides. Las dosis de hidrocortisona sistémica pueden requerir un ajuste si se inician o son retirados estos agentes durante la terapia con corticosteroides.

Los estrógenos pueden aumentar la concentración de transcortina, reduciendo así la cantidad de hidrocortisona no unida, disminuyendo el metabolismo de la droga, y aumentando los efectos de la hidrocortisona. Las dosis de los corticosteroides pueden necesitar ser ajustadas si un estrógeno se añade o retira durante la terapia.

El riesgo de gastritis o úlceras gastrointestinales debido a los agentes antiinflamatorios no esteroideos (AINE) puede aumentar con la administración de corticosteroides. La aspirina, AAS se debe utilizar con precaución en pacientes con hipoprotrombinemia que también están recibiendo corticosteroides. Los niveles séricos de salicilatos pueden incrementarse cuando se interrumpe el tratamiento con corticosteroides, posiblemente debido a una disminución en el metabolismo de los salicilatos inducida por corticosteroides. Aunque en raras veces, esto puede precipitar la toxicidad por el salicilato. Los pacientes que reciben estos fármacos concomitantemente deben ser observados de cerca por los efectos adversos.

Los efectos sobre la pérdida de potasio de la terapia con corticosteroides pueden ser exacerbados por la administración concomitante de otros medicamentos que agotan el potasio como los diuréticos tiazídicos, furosemida, ácido etacrínico, y anfotericina B. Se recomienda la monitorización del potasio en suero enlos pacientes que reciben estos fármacos de forma concomitante.

Los glucocorticoides interactúan con inhibidores de la colinesterasa, como ambenonio, neostigmina, y piridostigmina causando debilidad muscular severa en pacientes con miastenia gravis que reciben estos fármacos de forma concomitante.

Las vacunas y toxoides muertos o inactivados no representan un peligro para las personas inmunodeprimidas y en general se debe administrar como se recomienda a las personas sanas. Sin embargo, la respuesta inmune a las vacunas de las personas inmunocomprometidas no es tan bueno como la de las personas sanas y pueden ser necesarios dosis más altas o más dosis de refuerzo, aunque la respuesta inmune todavía puede ser subóptima. La vacunas con virus vivos no deben administrarse a pacientes inmunocomprometidos debido a la potenciación de la replicación del virus y a las reacciones adversas de estos. Los pacientes bajo tratamiento con corticosteroides en dosis altas no se deben exponer a otras personas que recientemente hayan recibido la vacuna antipoliomielítica oral (OPV). La vacunación contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) no está contraindicada para los contactos cercanos de los pacientes inmunocomprometidos, incluyendo profesionales de la salud. La inmunoprofilaxis pasiva con inmunoglobulinas puede estar indicada para personas inmunocomprometidas en lugar de, o además de, la vacunación. Cuando se exponen a una enfermedad prevenible por vacunación, como el sarampión, los niños gravemente inmunodeprimidos deben ser considerados susceptibles a la misma, independientemente de su historial de vacunación.

Los corticosteroides sistémicos aumentan los niveles de glucosa en sangre; existe una posible interacción farmacodinámica entre los corticosteroides y los agentes antidiabéticos. Los pacientes diabéticos que se administran la terapia con corticosteroides sistémicos pueden requerir un ajuste en la dosificación del agente antidiabético. Las concentraciones de lactato en sangre y el lactato a piruvato aumentaron cuando la metformina se administra conjuntamente con corticosteroides (por ejemplo, hidrocortisona). Las concentraciones de ácido láctico elevados se asocian con un mayor riesgo de acidosis láctica, lo que los pacientes con metformina simultáneamente con esteroides sistémicos deben ser estrechamente monitorizados.

El uso concomitante de L-asparaginasa con corticosteroides puede resultar en hiperglucemia aditivo. L-asparaginasa inhibe transitoriamente la producción de insulina que contribuyen a la hiperglucemia observada durante el tratamiento con corticosteroides concurrente. La terapia con insulina puede ser necesaria en algunos casos. La administración de L-asparaginasa después en lugar de antes de corticosteroides informes, ha producido un menor número de reacciones de hipersensibilidad.

Los pacientes que reciben glucósidos cardíacos y la asociación de corticoides tienen un mayor riesgo de desarrollar arritmias o toxicidad por digital debido a la hipopotasemia inducida por corticosteroides. Hipopotasemia inducida por corticosteroides también podría aumentar los efectos proarrítmicos de dofetilida. La hipopotasemia también potencia el bloqueo neuromuscular con bloqueadores neuromusculares no despolarizantes. Los corticosteroides que se asocian con un riesgo significativo de hipopotasemia deben ser estrechamente monitorizados cuando se utiliza con los bloqueadores neuromusculares.

Los corticosteroides que se administran antes o de forma concomitante con la terapia fotodinámica con porfímero pueden disminuir la eficacia del tratamiento.

El riesgo de toxicidad cardíaca con isoproterenol en pacientes con asma parece aumentar con la administración concomitante de corticosteroides o metilxantinas. Las infusiones intravenosas de isoproterenol en niños asmáticos refractarios a tasas de 0.05 a 2.7 ug/kg/min han causado un deterioro clínico, infarto de miocardio (necrosis), insuficiencia cardíaca congestiva y muerte.

 

 
 

REACCIONES ADVERSAS

Las preparaciones tópicas de hidrocortisona pueden estar asociados con efectos adversos locales, incluyendo prurito, xerosis, irritación, foliculitis, hipertricosis, erupciones acneiformes, hipopigmentación de la piel, dermatitis perioral, dermatitis alérgica de contacto, atrofia de la piel, estrías y miliaria. La absorción sistémica de los preparados tópicos de hidrocortisona es mínima pero teóricamente podría causar las mismas reacciones adversas que las preparaciones sistémicas de hidrocortisona.

La administración prolongada de dosis fisiológicas de reemplazo de glucocorticoides generalmente no causa efectos adversos. La gravedad de los efectos adversos asociados con la administración prolongada de dosis farmacológicas de corticosteroides aumenta con la duración y la frecuencia de la terapia.

La administración a corto plazo de grandes dosis normalmente no causa efectos adversos, pero la administración a largo plazo puede conducir a la atrofia de la corteza suprarrenal y el agotamiento generalizado de proteínas generalizada. Los glucocorticoides son responsables del metabolismo de las proteínas, y la terapia prolongada pueden provocar diversas manifestaciones musculoesqueléticas, incluyendo: miopatía (mialgia, pérdida de masa muscular, debilidad muscular), alteración de la cicatrización de heridas, atrofia matriz ósea (osteoporosis), fracturas óseas como fracturas vertebrales por compresión o fracturas los huesos largos, y la necrosis avascular de la cabeza femoral o humorales. Estos efectos son más probables que se presenten en pacientes de edad avanzada o debilitados.

Los glucocorticoides interactúan con el metabolismo del calcio en muchos sitios, incluyendo la disminución de la síntesis por los osteoblastos de las principales proteínas de la matriz ósea, la mala absorción de calcio tanto en la nefrona y como en el intestino, y la reducción de las concentraciones de hormonas sexuales. Todas estas acciones contribuyen probablemente a la osteoporosis inducida por glucocorticoides, pero las acciones sobre los osteoblastos son las más importante. Las mujeres posmenopáusicas, en particular, deben ser monitorizados para detectar signos de osteoporosis durante la terapia con corticosteroides. Debido a un retraso del crecimiento de los huesos, los niños que reciben un tratamiento prolongado con corticoides mostrar una inhibición del crecimiento. Las inyecciones intraarticulares de corticoides pueden causar artropatía de Charcot después de la inyección.

Los glucocorticoides no modifican el metabolismo de la vitamina D.

Se ha reportado atrofia en el sitio de inyección después de la administración de glucocorticoides solubles, así la ruptura de tendones.

Las preparaciones oftálmicas de prednisolona pueden causar hipertensión ocular, cuya magnitud depende de la frecuencia y la duración del tratamiento. La hipertensión ocular puede ocurrir después de 1-6 semanas de tratamiento oftálmico tópico y suele ser reversible tras la discontinuación del fármaco. Así, por ejemplo, el uso prolongado de prednisolona oftálmica ha resultado en glaucoma de ángulo abierto, neuritis óptica, y los defectos visuales. Se ha reportado discapacidad visual temporal o permanente, incluyendo ceguera, con la administración de glucocorticoides por varias vías de administración, incluyendo administración intranasal y oftálmica. El uso prolongado rara vez ha dado lugar a cataratas subcapsulares posteriores, pero dosis farmacológicas han resultado en desaceleración de la cicatrización de la herida corneal. Los efectos adversos oculares derivadas de la terapia sistémica pueden incluir exoftalmos, catarata subcapsular posterior, retinopatía, o aumento de la presión intraocular. El uso prolongado de glucocorticoides también puede causar glaucoma o daño del nervio ocular. Las infecciones fúngicas secundarias y las infecciones virales del ojo pueden ser exacerbados por el tratamiento con corticosteroides.

El tratamiento con corticosteroides, incluyendo la hidrocortisona, puede enmascarar los síntomas de la infección y debe evitarse durante una infección viral o bacteriana aguda. La inmunosupresión es más probable que ocurra en pacientes que reciben dosis altas (por ejemplo, equivalente a 1 mg / kg o más de prednisona al día), de corticosteroides sistémicos, particularmente en combinación con agentes inmunosupresores concomitantes (por ejemplo, troleandomicina). Sin embargo, los pacientes tratados con dosis moderadas de corticosteroides sistémicos durante períodos cortos o dosis bajas durante períodos prolongados también pueden estar en riesgo

Los corticosteroides pueden reactivar la tuberculosis y no se deben utilizar en pacientes con antecedentes de tuberculosis activa, excepto cuando se instaura una quimioprofilaxis adecuada. Los pacientes que reciben dosis inmunosupresoras de corticosteroides deben evitar la exposición al sarampión o la varicela y, si están expuestos a estas enfermedades, para acudir al médico de inmediato.

Los corticosteroides se dividen en dos clases: los mineralocorticoides y glucocorticoides. Los mineralocorticoides alteran el equilibrio de líquidos y electrolitos, facilitando la retención de sodio y el hidrógeno y la excreción de potasio a nivel del túbulo renal distal, lo que resulta en edema e hipertensión. Las propiedades mineralocorticoides pueden causar retención de líquidos, alteraciones electrolíticas (hipopotasemia, alcalosis metabólica hipopotasémica, hipernatremia, hipocalcemia) edema e hipertensión. La administración prolongada de glucocorticoides también puede resultar en edema e hipertensión. En una revisión de 93 estudios sobre el uso de corticosteroides, se encontró que la hipertensión se desarollaba 4 veces más a menudo en los receptores de glucocorticoides en comparación con los grupos de control.

Puede ocurrir una insuficiencia cardiaca congestiva en pacientes susceptibles. La terapia con corticosteroides prolongada puede afectar de manera adversa el sistema endocrino, dando lugar a hipercorticismo (síndrome de Cushing), irregularidades menstruales incluyendo amenorrea o dismenorrea, hiperglucemia, y agravamiento de la diabetes mellitus en pacientes susceptibles. En una revisión de 93 estudios sobre el uso de corticosteroides, el desarrollo de la diabetes mellitus se produjo 4 veces más a menudo en los receptores de glucocorticoides en comparación con los grupos de control. Las dosis de insulina o de hipoglucemiantes orales pueden necesitar un ajuste.

Los efectos gastrointestinales adversos asociados con la administración de corticosteroides a largo plazo incluyen náuseas/vómitos y anorexia con posterior pérdida de peso. También se ha informado de la estimulación del apetito con aumento de peso, diarrea, estreñimiento, dolor abdominal, úlceras de esófago, gastritis, y pancreatitis. A pesar de que se creía que los corticosteroides contribuían al desarrollo de la úlcera péptica, en una revisión de 93 estudios sobre el uso de corticosteroides, la incidencia de la úlcera péptica no fue mayor en los receptores de esteroides en comparación con los grupos de control.

Los efectos neurológicos adversos reportados durante la administración prolongada de corticosteroides incluyen dolor de cabeza, insomnio, vértigo, inquietud, neuropatía periférica isquémica, convulsiones, y cambios en el EEG. Ocasionalmente se han presentado trastornos mentales, como depresión, ansiedad, euforia, cambios en la personalidad, y psicosis. La liabilidad emocional y los problemas psicóticos pueden ser exacerbados por el tratamiento con corticosteroides.

Se han descrito varios efectos dermatológicos adversos durante el tratamiento con corticosteroides incluyendo atrofia de la piel, acné vulgar, diaforesis, alteración de la cicatrización de heridas, eritema facial, estrías, petequias, hirsutismo, equimosis y hematomas. Las reacciones de hipersensibilidad pueden manifestarse como dermatitis alérgica, urticaria y / o angioedema.

Pueden producirse parestesias (ardor u hormigueo) en la zona perineal ocurrir después de la inyección IV de corticosteroides. La terapia parenteral con corticosteroides también ha producido hipopigmentación de la piel, hiperpigmentación de la piel, cicatrices, y otras reacciones en el lugar de inyección (por ejemplo, induración, dolor retrasado o dolor, subcutáneas y atrofia cutánea, y abscesos estériles).

Las dosis farmacológicas de corticosteroides administradas durante periodos prolongados pueden provocar dependencia fisiológica debido la supresión del eje hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA). Los corticosteroides exógenos ejercen una retroalimentación negativa sobre la hipófisis, con inhibición de la secreción de adrenocorticotropina (ACTH). Esta inhibición disminuye la síntesis mediada por ACTH de corticosteroides endógenos y de andrógenos por la corteza adrenal. La gravedad de la insuficiencia adrenocortical secundaria inducida por glucocorticoides varía entre los individuos y es dependiente de la dosis, frecuencia y la duración de la terapia. La administración del fármaco en días alternos puede ayudar a aliviar este efecto adverso.

Los pacientes con supresión HPA requerirán dosis mayores de corticosteroides durante los períodos de estrés fisiológico. Pueden ocurrir una insuficiencia suprarrenal aguda e incluso la muerte, si se lleva a cabo la retirada repentina de los medicamentos. La retirada de la terapia prolongada con corticosteroides por vía oral debe ser gradual, pudiendo extenderse la supresión HPA hasta 12 meses después de la interrupción del tratamiento. Además, los pacientes pueden necesitar tratamiento suplementario con corticosteroides durante períodos de estrés fisiológico,tales como cirugía, pérdida de sangre aguda o infección, incluso después de que el fármaco haya sido descontinuado.

Puede ocurrir un síndrome de abstinencia después de la interrupción brusca del tratamiento con corticosteroides y aparentemente sin relación con la insuficiencia suprarrenal. Este síndrome incluye síntomas como anorexia, letargo, náuseas/vómitos, dolor de cabeza, fiebre, artralgia, mialgia, dermatitis exfoliativa, pérdida de peso, y la hipotensión. Estos efectos son debidos al cambio repentino en la concentración de glucocorticoides. También se ha reportado un aumento de la presión intracraneal con papiledema (es decir, seudotumor cerebral) con la retirada del tratamiento con glucocorticoides.

Se han asociado hipercolesterolemia, aterosclerosis, embolia grasa, trombosis, tromboembolia, y flebitis, específicamente, tromboflebitis con la terapia con corticosteroides.

En varios pacientes tratados con corticosteroides en dosis altas se ha producido trombocitopenia.

Otras reacciones adversas observadas ocasionalmente son palpitaciones, taquicardia sinusal, glositis, estomatitis, incontinencia urinaria, y urgencia urinaria- Los corticosteroides también pueden disminuir las concentraciones séricas de vitamina C (ácido ascórbico) y vitamina A que pueden raramente producir síntomas de deficiencia de vitamina A o de vitamina C.

 

 

PRESENTACION

ACTOCORTINA Polvo y disolv. para sol. iny 100 mg. ACTOCORTINA Polvo y disolv. para sol. iny. 500 mg

CORTENEMA® hydrocortisone 100 mg enema en 60 mL

CORTEF, comp. de 5, 10 y 25 mg

La hidrocortisona foma parte de numerosos preparados en combinación con antibióticos, antifúngicos, etc.

 

 
 

REFERENCIAS

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  Monografía revisada el 17 de noviembre de 2014.Equipo de redacción de IQB (Centro colaborador de La Administración Nacional de Medicamentos, alimentos y Tecnología Médica -ANMAT - Argentina).