La Edad Crítica de la Mujer

EPIDEMIOLOGIA DE LA OSTEOPOROSIS

Factores de Riesgo
Postmenopausia
Raza blanca o amarilla
Menopausia precoz o castración quirúrgica
Antecedentes familiares
Baja estatura
Delgadez
Baja ingesta de calcio
Inactividad, poco ejercicio
No tomar estrógenos
Nuliparidad
Resección gástrica o intestinal
Tratamiento crónico con corticoides
Tratamiento crónico con anticonvulsivantes
Hiperparatiroidismo
TIrotoxicosis
Tabaquismo
Alcholismo

La postmenopausia es, desde luego, el primer factor de riesgo. Las mujeres blancas y asiáticas padecen con más frecuencia osteoporosis que las de color negro. El factor genético es importante, e hijas de madres que padecen osteoporosis están a su vez más expuestas a padecer la enfermedad cuando envejecen. La menopausia precoz o la castración son factores muy importantes. En las mujeres que hayan perdido la regla a los 40 años la osteroporosis será más prematura y más severa que las menopaúsicas normales.
Las mujeres de baja estatura muestran, asimismo, una mayor tendencia a padecer la osteoporosis. Ello se debe a que en este tipo de mujeres la hormona del crecimiento está disminuída. Hasta hace relativamente poco tiempo, se creía que la hormona del crecimiento, ya conocida desde 1921, sólo existía durante la fase de crecimiento del sujeto. Hoy se sabe que esta hormona existe a lo largo de toda la vida aunque desciende con la edad.

La delgadez, como ya hemos visto, impide la formación de estrógenos en la grasa al igual que el tabaco, hasta el punto de haber aparecido, como ya se comentó, el síndrome de la osteoporosis de la mujer fumadora delgada.

Finalmente, se ha señalado que derivados del LHRH (leuprolide, nafarelina) que actualmente se están utilizando para el tratamiento de carcinomas hormonodependientes también actúan frenando las gónadas, hacen un efecto de castración, y en consecuencia favorecen la aparición de la osteoporosis.

DIAGNOSTICO

Las radiografías no permiten el diagnóstico de la osteoporosis. El diagnóstico de la osteoporosis sólo puede hacerse midiendo la mása ósea y esta medida por métodos no agresivos sólo ha sido posible con la aparición de la densitometría de doble fotón. Esta técnica consiste en irradiar con dos fuentes radioactivas de longitud de onda distinta, el Am241 y el Cs137, el cuerpo del paciente, recogiendo en un contador escintilométrico las dos radiaciones que han atravesado el hueso. El cálculo integrado de las lecturas escintolométricas permite obtener de una forma indirecta, la densidad ósea.

De esta manera se puede determinar el porcentage de pérdida de masa ósea. Una pérdida de masa ósea por debajo del 10% no se se considera significativa. Entre 10 y 20% se diagnostica una osteoporosis moderada y por encima del 20% se trata de una osteoporosis seria que requiere tratamiento.

Además de la densitometría de doble fotón se han desarrollado en los últimos años varios procedimientos para determinar la masa ósea. Por ejemplo, existe un procedimiento ecográfico que consiste en medir el rebote de los ultrasonidos en el hueso escafoides de la muñeca que es mucho más económico pero también menos exacto.

Un método de laboratorio que permite medir el turnover o remodelación ósea por métodos bioquímicos y que se suele hacer concomitantemente a la densitometría consiste en la determinación de la glicerofosfatasa alcalina y de la hidroxiprolina. En los últimos años se han encontrado otros marcadores análogos de la hidroxiprolina (galactosil-hidroxilisina, piridinolina y la deoxipyridinolina) que permiten diagnosticar de forma bastante exacta la osteoporosis y su evolución.

Además es importante llevar a cabo un estudio hormonal en el plasma de la mujer para determinar el tipo de osteoporosis presente y adaptar el tratamiento más adecuado. Se deben determinar estradiol, testosterona, calcitonina y cortisol.

No todas las mujeres se deben someter obligatoriamente a una densitometría ósea. Los costes de asistencia que ello supondría serían insoportables para la Seguridad Social. Por el contrario, aquellas mujeres en las que coincidan uno o varios de los factores de riesgo antes señalados si que deben hacerse periódicamente una densitometría ósea, en particular las menopaúsicas precoces, aquellas con antecedentes familiares, las mujeres muy bajitas o muy delgadas y, finalmente las muy fumadoras que además lleven un vida sedentaria.