GASTROENTEROLOGIA

ACALASIA [ICD-10: K22.0]

Imagen radiográfica

Imagen radiográfica

Imagen endoscópica

Imagen endoscópica

Registro manométrico

Esquema de la cirugía que se practica en la acalasia

Esquema de la cirugía que se practica en la acalasia

Esquema de la cirugía que se practica en la acalasia

Definición: desorden primario de la motilidad esofágica caracterizada por un fallo del esfínter esofágico inferior que no puede relajarse, acompañado de una ausencia del peristaltismo esofágico.


La acalasia fue descrita por primera vez por Sir Thomas Willis en 1672. En 1881, von Mikulicz describió la enfermedad atribuyéndola a un problema funcional, hasta que en 1929, Hurt y Rake descubrieron que se debía a la incapacidad del esfínter inferior para relajarse.

La acalasia es el trastorno motor más frecuente del esófago y se caracteriza por una obstrucción funcional del esófago con disfagia, malestar torácico y regurgitación

La presión del esfinter esofágico inferior y su relajación son regulados por una serie de neurotransmisores excitatorios (acetilcolina, sustancia P) o inhibitorios (óxido nítrico, péptido intestinal vasoactivo). Las personas con acalasia carecen de células gangliónicas no adrenérgicas no colinérgicas lo que pertuba el equilibrio entre la excitación y la contracción. Como consecuencia se produce un estado de hipertensión en el esfinter esofágico que no puede relajarse.

Algunos autores han sugerido que hay anticuerpos contra las neuronas mientéricas que regulan el proceso de la deglución, lo que genera la posibilidad de que se trate de un proceso autoinmune

Manifestaciones clínicas: la acalasia ocurre en aproximadamente 1: 200.000 por año, afectan a ambos sexos por igual y aparece a cualquier edad, aunque es más frecuente entre la 3ª y la 5ª décadas. El síntoma más importante es la disfagia cuya gravedad fluctúa pero que puede ser tan importante como para producir una pérdida de peso significativa. Muchos pacientes deben realizar maniobras como levantar los brazos o enderezar la espalda para aliviar la presión intraesofágica. Aproximadamente un tercio de los pacientes experimentan dolor esofágico que se agrava con el transcurso del tiempo. El dolor suele ser retroesternal y se acentúa al comer. Un 60-90% de los pacientes regurgitan los alimentos durante la comida o inmediatamente después de esta. La pérdida de peso es común llegando a ser significativa cuando la enfermedad está avanzada. El 30% de los pacientes experimenta tos nocturna y el 10% complicaciones broncopulmonares, sobre todo neumonía por aspiración

Diagnóstico: cuando se sospecha la enfermedad, el diagnóstico se puede confirmar mediante estudios radiológicos, endoscopia y manometría

Estudios radiológicos: Un estudio de la deglución de papilla de bario bajo fluoroscopia demuestra que la papilla no es eliminada del esofágo, sino que el material de contraste se mueve hacia arriba y abajo mediante contracciones no propulsivas. Cuando el esófago se ha llenado completamente con el bario, se observa radiográficamente una dilatación del mismo, siendo máxima en el extremo distal (*). En muchos casos, el esófago remeda al colon (esófago sigmoideo) (*)

Endoscopia: la endoscopia es una herramienta diagnóstica muy importante en el paciente con acalasia y se debe realizar siempre que sea posible. El objetivo de la endoscopia es descartar otras condiciones que pueden asemejarse a la acalasia (*) o neoplasias asociadas (*). Los hallazgos endoscópicos son dilatación y atonía del cuerpo del esófago [incluso pueden quedar restos de alimentos (*)] y un esfinter cerrado que se atraviesa al ejercer una suave presión (*). La unión gastroesofágica se debe examinar cuidadosamente con objeto de intentar detectar una neoplasia, si bien la mayor parte de los tumores se desarrollan subendotélicamente y no son detectables. Como el carcinoma de estómago es la neoplasia más frecuentemente asociada, se aconseja un examen a fondo del cardias y del fondo gástrico por gastroflexíon

Manometría: la manometría confirma un diagnóstico dudoso. Las características de la manometría en la acalasia son:

  • no hay ondas que se propagen secuencialmente y atraviesen el esófago distal. Las ondas que se registran son de baja amplitud y de aparición simultánea (*)
  • la presión intraesofágica en reposo es con frecuencia más alta que la presión intragástrica en reposo
  • no hay relajación, o esta es incompleta del esfínter durante una deglución, siendo esta hallazgo el patrón de la acalasia que la distingue de otros trastornos de hipotonicidad con aperistalsis.

Tratamiento: El tratamiento está destinado a paliar los síntomas dado que la degeneración neuronal de esta enfermedad no se puede corregir. Son cuatro los abordajes terapeúticos:

Farmacológico: los fármacos que tienen un efecto relajante sobre los músculos lisos del esfínter esofágico inferior alivian los síntomas en un 70% de los casos. Los nitritos (nitrito de amilo o isosorbide dinitrato) mejoran los síntomas y el tránsito en la mayor parte de los pacientes. El mayor problema de este tipo de fármaco es la cefalea que se desarrolla como efecto secundario. Los antagonistas del calcio (nifedipina verapamil, diltiazem) inmediatamente antes de las comidas disminuyen la presión del esfínter esofágico (*)

Toxina botulínica: la toxina botulínica se une a los receptores colinérgicos neuronales presinápticos, interfiriendo de forma irreversible con la liberación de acetilcolina produciendo una parálisis de las fibras musculares. La inyección endoscópica d 80 UI de toxina produce una respuesta benefiosa en el 90% de los pacientes, pero los síntomas reaparecen al cabo de un año. La segunda inyección es eficaz en un pequeño número de pacientes. Los efectos colaterales son raros

Dilatación con balón: la dilatación con balón se lleva a cabo con un dilatador neumático forzando el diámetro hasta los 3 cm desgarrando el músculo circular. Luego de la dilatación se administra por vía oral una pequeña cantidad de medio de contraste para comprobar que no hay filtraciones en el esófago distal y si la dilatación fué la adecuada. El paciente se observa durante 6 horas reanudándose gradualmente la dieta. La presencia de una perforación, obliga a la inmediata reparación quiúrgica mediante toracotomía.

La dilatación neumática suele tener éxito en más del 60% de los pacientes. El índice de respuesta varía según la edad del paciente (los jóvenes muestran una peor respuesta que los pacientes de edad) y suele ser duradera. La eficacia del procedimiento se reduce a la mitad en la segunda y tercera dilatación. La morbilidad está relacionada con la perforación, una complicación que se da en el 5% de los casos, si bien la reparación quirúrgica es necesaria tan solo en la mitad de los mismos.

Cirugía: el objetivo de un tratamiento quirúrgico es reducir la presión del esfinter esofágico en reposo sin comprometer su competencia para evitar el reflujo gastroesofágico. El procedimiento más empleado es la miotomía anterior de Heller con abordaje transtorácico. Se practica una incisión de las fibras musculares lisas circulares hasta el nivel de la mucosa desde 1 cm por encima del estómago hasta 5 o 6 cm, comprendiendo la región del esfínter esofágico En los últimos años se prefiere la miotomía laparoscópica que consigue un porcentaje de éxitos igual o superior a la miotomía a cielo abierto. Se practican 4 incisiones en el abdomen (*) para la inserción de los instrumentos necesarios para el procedimiento (*)

A partir de la miotomía a cielo abierto se consiguen buenos resultados en el 80-90% de los pacientes. La complicación más significativa es el reflujo gastroesofágico que se presenta en algo más de 10% de los casos y que muchos autores resuelven con una funduplicatura (*) (*) (*).

La miotomía laparoscópica proporciona más de un 90% de éxitos. En la mayor parte de los casos, se practica una funduduplicatura flexible de Toupet a los lados de la miotomía para prevenir la recurrencia de la disfagia mientras disminuye el reflujo postoperatorio.

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REFERENCIAS

  • G Zaninotto, M Costantini, C Rizzetto, E Ancona. Acalasia: estrategias terapéuticas. Cir Esp 2004;75(3):117-22 (ref.1)
 
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  • KM.Desai, NJ Soper: Laparoscopic management of idiopathic esophageal achalasia. Revista de Gastroenterologia de Mexico, (2004) supplement, Vol. 69, p7-14 (ref.2)
 
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  • J. Martínek, M. Siroky,1 Z. Plottová,2 J. Bures1, A. Hep,2 J. Spicák. Treatment of patients with achalasia with botulinum toxin: a multicenter prospective cohort study. Diseases of the Esophagus (2003) 16, 204–209
 
 
  • JD Long, RC Orlando: Anatomía y anomalías del desarrollo y adquiridas del esófago. En: Enfermedades Gastrointestinales y Hepáticas. 6º Ed. Sleisenger & Fordtran (200) p. 495-505
 
  Monografía revisada el 11 de Marzo de 2015. Equipo de redacción de IQB  
   
 
 
   

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