ATLAS DE DERMATOLOGIA
DERMATITIS ATÓPICA

Son numerosos los factores de riesgo que hay que considerar en la dermatitis atópica:

Alimentación: puede ser particularmente importante en infantes y niños pequeños: hasta un 95% de niños con dermatitis atópica severa son alérgicos a algunos alimentos y mejoran al suspender su ingesta. La lactancia materna exclusiva no reduce el
riesgo de desarrollar dermatitis atópica, y por otra parte, la exposición neonatal breve y temprana a la leche de vaca no incrementa el riesgo de desarrollar la enfermedad en los primeros años de vida

Vestimenta: Se debe evitar la ropa de lana, seda, o fibras sintéticas, siendo preferible la ropa holgada de algodón, de trama fina y de colores claros; para el lavado de las prendas es preferible el uso de jabones blancos, evitándose el uso de detergentes, suavizantes o blanqueadores.

Clima y medio ambiente: Se deben evitar los cambios bruscos de temperatura; el sudor es un factor importante para desencadenar prurito en los atópicos. El uso de aire acondicionado puede ser perjudicial para el paciente, ya que por un lado seca el ambiente y por otro lo expone a cambios bruscos de temperatura. En los casos severos es necesario el uso de purificadores de aire, sobre todo en los niños con susceptibilidad a reaccionar a los aeroalergenos ambientales ambientales, tales como el Dermatophagoides pteronyssinus y el Dermatophagoides farinae que son los ácaros más frecuentes en nuestro medio.

Microorganismos: El Staphylococcus aureus constituye un factor desencadenante importante, colonizando en el 90% de los casos la piel de los pacientes con dermatitis atópica frente a solo el 5% en las personas sanas. El S. aureus es capaz de producir una variedad de entero- y exotoxinas que desencadenan una respuesta inflamatoria en la piel del paciente exacerbando y perpetuando la lesión; además algunas de estas exotoxinas actúan como superantígenos que inician una respuesta inmunológica mediada por linfocitos con cadenas Vb.