EL UKPDS

PREGUNTA Nº 1: ¿Como fué realizado el estudio UKPDS? 

El diseño del estudio fue explícito y dirigido mediante protocolos pre-especificados con una aleatorización apropiada de los pacientes. Se llevaron a cabo tests clínicos y análisis de laboratorio mediante métodos aceptados y todos los puntos finales fueron documentados satisfactoriamente. 

El gran número de pacientes y su heterogeneidad confieren a los resultados una gran seguridad de que los resultados se pueden aplicar a la población de diabéticos de tipo II en general. El estudio UKPDS fué diseñado inicialmente como un estudio clínico aleatorizado de comparación de un tratamiento intensivo con cuatro monoterapias frente a un grupo de control sólo con dieta sobre la evolución de las complicaciones microvasculares de la diabetes de tipo II. Las tres monoterapias originales consistieron en clorpropamida, gliburide e insulina. En el subgrupo de pacientes con sobrepeso, se comparó la monoterapia con metformina frente a un grupo de control y frente a los otros tres tratamientos farmacológicos. 

El primer y más importante interrogante del estudio era determinar si la reducción de la glucosa plasmática era beneficiosa. Por tanto, el objetivo de todas las terapias intensivas era conseguir unos niveles de glucemia en ayunas < 108 mg/dl (6.0 mmol/l), mientras que el objetivo del grupo de control solo con dieta era conseguir unos niveles de glucosa en ayunas < 270 mg/dl (15 mmol/l). Estas grandes diferencias en los objetivos fueron el medio de asegurar una adecuada diferencia en la situación glucémica que permitiera comprobar la hipótesis principal. Sin embargo, pronto se hizo evidente que ninguna de las terapias orales era capaz de llegar al objetivo de la terapia intensiva, con lo que la separación glucémica entre los grupos de tratamiento y el control podía quedar comprometida. Por lo tanto, se utilizó una combinación de fármacos, mezclando insulina o metformina con las sulfonilureas cruzando los pacientes entre los diferentes grupos de tratamiento. Tampoco se consiguió el objetivo glucémico en los pacientes de control sólo con dieta (es decir mantener los niveles de glucemia por debajo de 270 mg/dl) de forma que el grupo no pudo mantenerse "puro" y los pacientes que sobrepasaron los niveles anteriores fueron tratados con los mismos fármacos que los de los demás grupos. Finalmente, el 80% de los pacientes de control tuvieron que ser tratados con uno o más fármacos antidiabéticos. Así, todos los efectos de los diferentes grupos de tratamientos fueron confusos debido a los cruzamientos, de forma que fue díficil discernir los efectos específicos de cada tratamiento. Por ejemplo, de los años-persona de tratamiento totales del grupo de control, el 58% fué consumido por pacientes solo bajo dieta, el 25% por sujetos tratados con una sulfonilurea sóla o en combinación con otros fármacos, el 12% por sujetos tratados con metformina y el 15% con insulina. En el subgrupo de pacientes con sobrepeso, la metformina fue administrada sola o en combinación con otros fármacos en el 82% de los años-persona correspondientes a los pacientes asignados a este grupo y en el 10% de los años-persona correspondientes a los pacientes asignados al grupo de control de los obesos.

Estos cruzamientos farmacológicos hacen que las diferencias en la eficacia observada entre el grupo convencional y el de tratamiento intensivo sean más impresionantes, pero por otra parte, la prevalencia de los cruzamientos y añadidos reducen la confianza en las diferencias observadas o no detectadas entre los diversos agentes farmacológicos.

Es interesante destacar que el principal análisis realizado en el estudio fue idéntico al realizado en el estudio DCCT. En ambos casos, los tratamientos intensivos diseņados para conseguir niveles de glucosa casi normales fueron comparados con la terapia convencional.