HEMORRAGIA SUBARACNOIDEA

HEMORRAGIA SUBARACNOIDEA

La mayor parte de los aneurismas que causa hemorragias subaracnoideas son de tamaño pequeño o mediano (entre 10 mm y 25 mm). Sin embargo, en ocasiones se producen aneurismas gigantes que se descubren no por su rotura sin porque se comportan como una lesión expansiva y comprimen el cerebro, los pares craneales, el quiasma óptico o las cisternas produciendo hidrocéfalo.

Otros no llegan nunca a romperse por rodearse de una pared densamente calcárea, aunque este tipo de aneurisma muestran una cierta tendencia a trombosarse.

La angiografía constituye la prueba diagnóstica de elección para detectar la etiología de la hemorragia subaracnoidea. La angiografía precoz aumenta el riego de resangrado por lo que es preferible realizarla una vez estabilizado el paciente, pasadas 24 horas, salvo que se vaya a realizar un tratamiento quirúrgico o endovascular precoz del aneurisma.

Los estudios con angio-TC y angio-RM también son útiles para el diagnóstico etiológico aunque no son tan sensibles ni dan tanto detalle de la circulación cerebral, necesaria a la hora de la cirugía, como la angiografía convencional