ESCLEROSIS  MULTIPLE

TERAPIAS QUE MODIFICAN LA ENFERMEDAD. ESCLEROSIS MÚLTIPLE

Estrategias de tratamiento basadas en la evidencia para el tratamiento de la esclerosis múltiple

(Traducción de la guía del Consejo de Esclerosis Múltiple para el Desarrollo de Guías de Práctica Clínicas)

 

Conclusión

En conclusión, existen actualmente varias medicaciones disponibles para la clase médica que pueden alterar sobre favorablemente el curso de enfermedad en los pacientes con esclerosis múltiple. Es probable que en un futuro próximo, a medida que mejore nuestro conocimiento sobre la patogénesis de la enfermedad y se identifiquen nuevas dianas, vaya aumentando el número de fármacos.

La evidencia a favor o en contra la efectividad de las diferentes estrategias terapéuticas varía ampliamente entre los diferentes agentes. En muchos casos la ausencia de una evidencia convincente se debe a la pobre calidad de los estudios clinicos disponibles. Este es el caso de los fármacos fuera de patente a los que la Industria no aporta medios para la realización de estudios clínicos aleatorios y doble ciego. En otros casos la ausencia de una evidencia convincente se debe a la relativa ineficacia de la medicación estudiada.

Sin embargo en el día-a-día, los médicos deben decidir qué procedi miento médico deben prescribir a sus pacientes y no está muy claro cómo guiarles en este sentido. En teoría podría llegarse a una evidencia concluyente a partir de los resultados aleatorizados comparando los beneficios y los riesgos de cada opción de tratamiento. Desgraciadamente tal evidencia concluyente muchas veces está ausente. Más aún, aunque existen estudios aleatorizados de gran calidad, los pacientes incluidos los mismos a menudo reflejan una minoría de pacientes que pueden beneficiarse de la medicación o del procedimiento estudiado. En estas circunstancias es el médico el que debe decidir si a su juicio un paciente puede beneficiarse o no de un tratamiento específico.

Las evaluaciones basadas en evidencia ayudan al clínico a tomar estas decisiones, pero no pueden ser la única guía para la práctica médica. Los criterios basados en el consenso de un panel de expertos clínicos también pueden aportar una ayuda valiosa en la práctica diaria (160). La continua búsqueda de una mejor evidencia para juzgar el valor de las diferentes estrategias terapéuticas no debe retardar la aplicación de las existentes a los enfermos actuales. Esperar hasta que una evidencia sea perfecta puede ocasionar la pérdida de una oportunidad para prevenir o retrasar la enfermedad en nuestros pacientes, un riesgo que podría ser irreparable. A título de ejemplo, no hay datos de clase I que apoyen en el uso de la penicilina para tratar infecciones, aunque está claro que evitar dicho tratamiento hasta aparezca dicha evidencia de clase I sería absolutamente inconcebible.

Tampoco hay que infravalorar la utilidad de las recomendaciones basadas en evidencia tales como las que figuran en el presente documento. Más bien hya subrayar la necesidad que tiene el médico de considerar toda la información disponible a la hora que de recomendar tratamientos individuales. Es importante reconocer que el uso de muchos de estos fármacos capaces de alterar la enfermeda requiere importantes esfuerzos y una adherencia sostenida por la parte del paciente de tal manera que pueda derivar un máximo de beneficios de un tratamiento a largo plazo (161). Conseguir tal adherencia a largo plazo puede ser muy difícil y el éxito en este sentido ha variado ampliamente en los diferentes estudios. Está claro que la educación suministrada al paciente por los médicos, las enfermeras y otros profesionales es un componente importante para conseguir la adherencia a estos tratamientos. De igual manera es importante la educación de la familia especialmente cuando el paciente tiene problemas cognitivos. Este último componente del proceso educativo ayuda a asegurar que la información ha sido recibida exactamente y también sirve para apoyar los miembros de la familia en lo que se refiere a la ayuda que pueden proporcionar a los pacientes.

Finalmente es importante observar que aunque esta revisión se ha enfocado sobre las estrategias actualmente existentes en la esclerosis múltiple, el mundo de la terapéutica en la esclerosis múltiple es muy activo y está en constante evolución. Se anticipa que este documento estimulará más que retrasará el desarrollo de nuevas estrategias a construir a partir de lo que ya es conocido. Por otra parte, actualmente se encuentran en curso estudios sobre muchas combinaciones de fármacos, y se esperan ansiosamente los resultados de los mismos. Estos ensayos incluyen combinaciones de interferón beta con otros a agentes ya estudiados como el glatirámero, los glucocorticoides, la ciclofosfamida, el metotrexato, la azatioprina y la inmunoglobulina intravenosa. También incluyen estudios de nuevos agentes todavía no probados tales como la ácido retinoico, la interleukina 10, el natalizumab, y el micofenolato mofetil, tanto solos como en asociación. Se espera que estas nuevas combinaciones sean capaces de conseguir un control cada vez mayor de la esclerosis múltiple.