La Edad Crítica de la Mujer

Acción de los estrógenos sobre los lípidos.

El tratamiento con estradiol 17-b u otros estrógenos mejora la relación HDL/LDL y HDL/VLDL en las mujeres menopaúsicas tratadas durante períodos prolongados. Sin embargo, el tratamiento estrogénico continuado es peligroso, como veremos más adelante, para otro tipo de afecciones. La solución a este problema estriba en la administración conjunta de estrógenos y progesterona.

En efecto, la administración continuada de estrógenos aumenta el riesgo de producción de dos tipos de tumores: el cáncer de endometrio (o cáncer corporal uterino) y, sobre todo, el cáncer de mama. Se sabe que en ambos tipos de tumores, los receptores estrógenicos están muy aumentados. Para evitar este aumento de la incidencia de carcinoma, se administran algunos derivados de la progesterona que impiden que los estrógenos se unan sus receptores. Sin embargo, algunos derivados de la progesterona anulan el efecto de los estrógenos sobre las lipoproteínas, lo que complica grandemente el problema. En efecto, se sabe que los gestágenos se oponen a la acción de los estrógenos sobre los lipidos bajando las HDL. Algunos derivados sintéticos como la medroxiprogesterona, asociados al estradiol no afectarían sensiblemente los niveles de las HDLs disminuyendo los de las VLDLs, es decir, favoreciendo la relación HDL/VLDL lo cual es beneficioso.

Los derivados de la testosterona (por ejemplo la norestisterona) podrían ser utilizados por el organismo femenino para producir testosterona. Este hecho, además de poder producir virilismo, ocasiona sobre las HDLs un efecto contrario al de los estrógenos, es decir las disminuye. Esto explicaría el porqué el hombre es más propenso que la mujer a padecer la enfermedad coronaria.

La prescripción de uno u otro de los estrógenos disponibles (estradiol, etinilestradiol, etc) dependerá de la duración de que se desee para su efecto. Hoy día están muy de moda los parches transdérmicos a base de estradiol-17-b (que es la hormona natural) frente a las píldoras a base de etinilestradiol sintético que tiene un efecto muy prolongado por no ser metabolizado por el hígado.

Otras afecciones cardiovasculares

La hipertensión en la menopausia es un fenómeno díficil de clasificar. Como es sabido hay dos tipos básicos de hipertensión:
  • La hipertensión sistólica, casi siempre debida a una esclerosis vascular, se asocia a fenómenos de arteriosclerosis
  • La hipertensión diastólica que se debe a una desarreglo del proceso básico de regulación de la presión arterial. También se la denomina hipertensión esencial.
Las mujeres que han tenido embarazos tienen menos tendencia que las nulíparas a padecer hipertensión durante el climaterio. Esto es debido a que el embarazo, per se, es un fenómeno generador de hipertensión, que si no estuviera bien regulado produciría granges hipertensiones. De hecho, cuando este mecanismo de regulación de la hipertensión gravídica fracasa, se produce el conocido fenómeno de las toxemias gravídicas y de la eclampsia que son hipertensiones graves del embarazo.

Hay varios sistemas que regula la presión arterial durante el embarazo: un sistema de vasopresina-antivasopresina, un sistema de renina-angiotensina-aldosterona y un tercer sistema que se ha descubierto en los últimos años, el sistema del factor atrial natriurético (ANF). El ANF es una hormona peptídica que se sintetizada en la aurícula del corazón cuando aumenta la presión arterial y que se produce bajo la influencia de los estrógenos. Al estar aumentados los estrógenos durante el embarazo, durante este período hay una elevada secreción del factor atrial natriurético. Después del embarazo este factor no es necesario, pero las mujeres que han tenido embarazos están como "entrenadas" a formar el factor atrial natriurético de tal forma que cuando llega la menopausia, la disminución de estrógenos las afecta menos que a las nulíparas. La administración de factor atrial natriurético sintético abre una nueva perspectiva al tratamiento de la hipertensión en las mujeres menopaúsicas que se debe a que la ausencia de estrógenos impide la formación de esta sustancia.

Trastornos venosos

Los trastornos venosos más frecuentes que se observan en la mujer menopaúsica son:
  • Trombosis
  • Varices
  • Flebitis
En este caso, los estrógenos están contraindicados. En efecto, ya desde que se comenzó a estudiar la píldora contraceptiva en la década de los 60 se sabe que el tratamiento estrogénico aumenta las trombosis. Por este motivo, toda mujer sometida a tratamiento estrogénico de larga duración debe ser vigilada en lo que se refiere a su coagulación.

Las flebitis se deben siempre a la existencia de procesos inflamatorios que tienen lugar en las venas, probablemente debido a un ralentizamiento de la circulación sanguínea sobre todo en los miembros inferiores.

Finalmente, las varices no se engendran en la menopausia pero sí durante el embarazo. Son frecuentes en las mujeres que han tenido hijos siendo tanto más frecuentes y más severas cuantos más embarazos haya experimentado la mujer. Por el contrario, las varices son bastante raras en las nulíparas. En resumen, de todos los trastornos circulatorios que se observan en la menopausia, sólo la enfermedad coronaria reviste una gran importancia. Aún así, la mortalidad observada por esta causa es muy pequeña, con la única excepción de las mujeres castradas en las que esta un factor de riesgo muy frecuente. Por este motivo, en los últimos años es cada vez menos frecuente la extirpación quirúrgica del ovario, práctica muy frecuente hace unas décadas.

En la menopausia precoz, como veremos en otro momento, también hay una cierta predisposición hacua la enfermedad coronaria. De igual forma en el síndrome de Turner (producido por la carencia de un cromosoma X) en el que las mujeres permanecen como aniñadas, no tienen pubertad, no tienen vello pubiano o axilar y los ovarios están atróficos, todo ello debido a la carencia de estrógenos, la mortalidad por enfermedad coronaria es muy elevada a partir de los 30 años.