GASTROENTEROLOGIA

ENFERMEDADES DESPUÉS DE LA CIRUGÍA GÁSTRICA

Quien ha sido sometido a una intervención quirúrgica en el estómago, sufre, a veces, algunos trastornos.

DOS TIPOS DE INTERVENCIÓN

Las intervenciones que el cirujano practica en el estómago, generalmente a causa de una úlcera o de un tumor, son varias aunque todas ellas tienen dos objetivos fundamentales : unir directamente el estómago al yeyuno, de modo que el alimento, permaneciendo poco tiempo en el estómago, lo deje descansar lo más posible (gastroenteroanastomosis, en realidad, poco practicada hoy), o eliminar la parte de estómago lesionada, poniendo en comunicación el muñón restante con el duodeno o con el yeyuno (resección gástrica). En algunos casos, posteriormente aparecen algunos inconvenientes, ligados en parte a la zona, o a la cantidad de estómago extirpado. Los trastornos más frecuentes son:

  • síndrome del "dumping"
  • úlcera péptica del yeyuno
  • gastritis por alteraciones inflamatorias.
  • diarrea

SÍNDROME DEL "DUMPING" Monografía del síndrome del dumping

El síndrome del "dumping" es una denominación dada por los médicos anglosajones, ya de uso habitual, que indica el complejo de síntomas que siguen a la extirpación de una gran parte del estómago (si la zona extirpada no es muy grande, el síndrome no se presenta). Después de haber sufrido una intervención en el estómago, el enfermo, aunque se haya recuperado bien tras la operación, y haya reanudado su actividad normal, experimenta la sensación de tener lleno el estómago, aun en el caso de que haya ingerido una cantidad limitada de alimentos, y, a veces, acusa sensaciones dolorosas en la parte alta del abdomen. Hacia el final de la comida, o inmediatamente después, el enfermo advierte que le late el corazón de forma excesiva; es presa de una sensación tan fastidiosa como vaga en el estómago, que a veces se transforma en una auténtica náusea; suda abundantemente, eructa y, con frecuencia, padece dolor de cabeza.

¿Cuál es la causa de todos estos trastornos? Para descubrirla, es necesario saber algo fundamental, acerca de cómo funciona el estómago en condiciones normales. El estómago es la parte más dilatada del tubo digestivo, en el que el alimento se detiene cierto tiempo para que se produzca la descomposición de las moléculas proteínicas (contenidas en la carne, en la leche, en el queso), en fracciones menores. El estómago tiene, pues, una función química y una función mecánica. En realidad, la pared gástrica se mueve con contracciones rítmicas (llamadas movimientos peristálticos, o, más simplemente, peristaltismo), que progresan gradualmente de arriba a abajo, produciendo así un doble efecto: formar bolsas en las que el jugo gástrico se mezcla íntimamente con el alimento, y empujar a este último hacia el intestino. En la parte inferior del estómago, se encuentra unos haces musculares de forma circular, que, al contraerse y relajarse, permiten el paso de las sustancias alimenticias, en cantidades y tiempos muy precisos. Al faltar todo el estómago o una parte de él, esta serie coordinada de hechos se altera. En primer lugar, dada la capacidad limitada del estómago residual, éste se llenará pronto con una pequeña cantidad de sustancias (de aquí la sensación de estar lleno), y dado que, en general, el enfermo no deja de comer tan pronto como advierte esta sensación, el estómago tiene que dilatarse excesivamente. Por vía nerviosa se desencadenan reflejos que provocan náuseas, dolores abdominales y de cabeza, y que hacen aumentar los latidos del corazón. Además, los movimientos peristálticos se hacen menos eficaces (si se ha practicado una resección total, es evidente faltarán por completo), y el proceso de los alimentos ya no viene determinado exclusivamente por el peristaltismo, sino también y, con frecuencia, principalmente por la presión hidrostática; para decirlo de un modo sencillo, el progreso tiene lugar porque el alimento tiende naturalmente a caer. Esto trae como consecuencia un tránsito acelerado de los alimentos, que serán así, mal digeridos, tanto más cuanto que la función química del estómago está reducida. En realidad, si se extirpa el antro pilórico (es decir, el extremo inferior del estómago), falta una sustancia que produce éste, llamada secretina, la cual tiene la función de estimular la secreción de jugos gástricos en el fondo del estómago. Por ello los alimentos, además de pasar más de prisa a través del muñón del estómago, son atacados por el jugo gástrico en menor medida, llegando así mal digeridos al intestino.

El tubo digestivo, como por lo demás todo nuestro organismo, es como una cadena de máquinas bien organizada: cada una hace bien su trabajo, si la precedente le proporciona una pieza perfecta; si una parte es defectuosa, todas las demás se resienten de ello. Así, en el intestino bajo hay gérmenes cuya acción nos es indispensable por varios motivos; pero si llegan a él alimentos imperfectamente digeridos, algunos microbios se hacen muy numerosos, y provocan la fermentación de estas sustancias. Ello causará desagradables trastornos intestinales, además de la formación de una excesiva cantidad de gases. Finalmente, al ser incompleta la digestión, la absorción también lo será, y, como consecuencia de ello, la transformación en energía de las sustancias alimenticias introducidas.

A veces, sucede que quien ha sufrido la resección gástrica se hace anémico. Esto se debe a que en el antro pilórico se forma una sustancia que facilita la absorción intestinal de la vitamina B12, la cual tiene una función importantísima : estimular a la médula ósea para que produzca glóbulos rojos. Si se extirpa el antro, la vitamina B12 será absorbida en menor cantidad, y se formarán, así, menos glóbulos rojos.

Colaboración con el médico

La forma en que debe comportarse un enfermo al que se le ha practicado una resección gástrica, y que acusa este complejo de síntomas, es fácil de suponer. Todos sus trastornos dependen, fundamentalmente, de dos factores: primero, escasez de jugo gástrico, con sus principios digestivos; segundo, el estómago se ha hecho más pequeño. El médico procurará evitar, al menos en parte, el primer inconveniente; el enfermo debe pensar, por su parte, en disminuir los desagradables efectos del segundo. Así, pues, ¿qué deberá hacer? Ante todo, masticar bien, a fin de que los alimentos lleguen al estómago suficientemente triturados, para que trabaje poco. En segundo lugar, si quiere evitar todos los síntomas debidos a la distensión de la pared gástrica, deberá hacer comidas menos abundantes y más frecuentes. Estas precauciones, aparte de traer beneficios inmediatos, contribuyen en quien ha sido operado de úlcera a impedir que se forme una nueva, cosa bastante frecuente. Por último, será: conveniente acostarse un rato, apenas terminada la comida. Esto impide que los alimentos pasen demasiado deprisa a través del estómago. Este es el sindrome precoz del "dumping", llamado así porque aparece inmediatamente después de la comida. Las molestias duran de treinta a cuarenta minutos. Existe también uno tardío. Dos o tres horas después de como el enfermo siente el estómago vacío, suda, tiembla, y puede sufrir náuseas. La causa de este trastorno es una disminución de la glucosa, es decir, del azúcar en la sangre. Bastará tomar algún terrón de azúcar para que desaparezcan los síntomas. Con frecuencia, estos síntomas desaparecen espontáneamente, algunos años después de la intervención.

GASTRITIS y ÚLCERA PÉPTICA

Otros desórdenes que pueden seguir a una intervención quirúrgica del estómago son la gastritis y la úlcera péptica del yeyuno. Aunque, de hecho, la gastritis del estómago operado y la úlcera péptjca del yeyuno son formas bien individualizadas, con respecto a las otras similares, la sintomatología es casi idéntica, pudiendo, naturalmente, variar en intensidad; puede decirse otro tanto de la terapéutica.

No se ha aclarado bien por qué se forma la úlcera péptica del yeyuno. Es una complicación que se presenta en un pequeño porcentaje de casos, tras una gastroenteroanastomosis, y, raramente, después de una resección. Parece que tiene una gran importancia la acidez del jugo gástrico, con el cual está continuamente en contacto la pared del yeyuno, sin estar destinada a ello por naturaleza. También puede ser debida La sintomatología es similar a la de la úlcera duodenal, pero con dolores que aparecen más tardíamente (3-4 horas después) de las comidas y de forma más violenta. Si una enérgica terapéutica médica no logra ningún efecto, será conveniente recurrir a una nueva intervención quirúrgica. Por lo que respecta a la gastritis, no se tienen ideas pre- cisas sobre la causa de su aparición. Sin embargo, resulta indudable que el terreno constitucional que ha facilitado la aparición de la úlcera, para cuya eliminación ha intervenido el cirujano, desempeña un papel importante en la determinación de la gastritis.

DIARREA

La incidencia de la diarrea depués de la gastectomía es del 5 al 10%, si bien en raros casos requiere una atención médica. No se sabe con certeza se produce la diarrea en estos casos, aunque se han considerado como posibles factores el tránsito más rápido, la mayor excreción de productos biliares y otros factores humorales