TRATAMIENTO DE LA HIPERTENSION EN LA DIABETES

EPIDEMIOLOGIA DE LA HIPERTENSION EN LA DIABETES

La hipertensión arterial es un problema común en la diabetes. La prevalencia de la hipertensión en los diabeticos es aproximadamente el doble que en la población no diabética. Debido a que la diabetes y la hipertensión ocurren conjuntamente muy a menudo, hay que considerar que esta concurrencia se debe a algo más que a la casualidad.

La historia natural y el desarrollo en el tiempo de la hipertensión difiere marcadamente entre los pacientes con diabetes de tipo 1 (insulino-dependientes) y los pacientes con diabetes de tipo II (no insulino-dependientes). En la diabetes de tipo 1, la presión arterial suele ser normal al iniciarse la enfermedad y permanece normal durante los primeros 5 a 10 años de enfermedad. La hipertensión se desarrolla seguidamente como consecuencia del inicio de la enfermedad renal y se caracteriza por la elevación de la presión arterial sistólica y diastólica. Aproximadamente el 50% de los pacientes con diabetes de tipo 1 tienen hipertensión a los 30 o más años. Este subgrupo está compuesto principalemente por pacientes que han desarrollado nefropatía diabética. Por el contrario, rara vez se observa hipertension entre aquellos pacientes que a los 30 años de enfermedad no han desarrollado nefropatía.

En contraste con los pacientes con diabetes de tipo 1, los pacientes con diabetes de tipo 2 son frecuentemente hipertensos en el momento del diagnóstico de la diabetes, lo que sugiere que las anomalías hormonales o metabólicas asociadas a la hipertensión pueden exacerbar la intolerancia a los carbohidratos, o que ambas condiciones están relacionadas con un mismo mecanismo subyacente. El aumento de la presión arterial está, a menudo relacionado con la obesidad, disminución de la actividad física y edad avanzada, características todas ellas propias de los individuos con diabetes de tipo 2.

La historia natural de la nefropatía diabética y la contribución de una función renal alterada al desarrollo de la hipertensión en la diabetes de tipo 2 no está bien definida. La hipertensión sistólica aislada es particularmente común entre los diabéticos de tipo 2 y frecuentemente se atribuye a la enfermedad macrovascular y una pérdida de elasticidad en las grandes arterias. Adicionalmente, la presión arterial aumenta con la edad contribuyendo a la alta prevalencia de hipertensión sistólica en la diabetes de tipo 2. La hipertensión es más prevalente entre los hombres diabéticos antes de los 50 años, pero posteriormente, lo es más entre las mujetes diabéticas. En los sujetos diabéticos de la mayor parte de etnias y grupos raciales, la hipertension aumenta con la edad, obesidad y duración de la diabetes, en particular si está presente la proteinuria. La hipertensión y la diabetes de tipo 2 comparten algunos factores de riesgo como son la obesidad, adiposidad visceral y, posiblemente, la resistencia a la insulina.

La resistencia a la insulina y la hiperinsulemia asociada han sido propuestas como la relación entre la hipertension y la intolerancia a la glucosa. La epidemiología de estas últimas condiciones han sido objeto de estudios intensos, pero el mecanismo subyacente de esta asociación permanece poco claro. Se ha observado hiperinsulinemia en algunos pacientes con hipertensión esencial. Algunos estudios, sin embargo, encontraron poca o ninguna relaciòn entre la concentración de insulina y la presión arterial, particularmente después de hacer los ajustes pertinentes teniendo en cuenta la edad, la obesidad, la distribución de la grasa corporal y la glucosa plasmática.

Pueden ser considerables las diferencias en la relación resistencia a la insulina-presión arterial según la raza y la etnia. Se ha demostrado una relación entre la resistencia a la insulina y la presión arterial entre los caucasianos dentro un amplio rango de peso corporal, pero esta relación no se ha demostrado entre afroamericanos o indios Pima. Sin embargo, en otros estudios restringidos a pacientes delgados, se encontró que los enfermos hipertensos mostraban una mayor resistencia a la insulina que los normotenso.

La obesidad puede enmascarar la relación entre la insulina y la regulación de la presión arterial. Una manera de resolver la controversia acerca de si existe una relación real entre la hiperinsulinemia y la presión arterial es analizar por separado los datos de los pacientes delgados. Un estudio prospectivo demostró que las concentraciones de insulina en ayunas predecían la incidencia de hipertensión a lo largo de 8 años en pacientes delgados, no ocurriendo lo mismo en pacientes obesos. Otro estudio analizó la relación entre los niveles de insulina y el riesgo en 5 años de hipertensión en jóvenes adultos y mostró que cuando se ajusta los datos en función de la obesidad y de la razón cintura/cadera, los niveles de insulina predecían la hipertensión tan solo en los blancos.

Por lo tanto, el papel de la hiperinsulinemia en el desarrollo de la hipertensión no está claro a partir de los datos de la literatura disponible.