DEFLAZCORT EN VADEMECUM
 

DESCRIPCION

El deflazacort es un glucocorticoide usado como antiinflamatorio e inmunosupresor.  Posee un 70% de la actividad de la prednisona, pero muestra un perfil de seguridad diferente como consecuencia de su reducida actividad sobre el metabolismo óseo e hidrocarbonado. Se utiliza en el tratamiento de la artritis reumatoide y otras enfermedades inflamatorias.

Mecanismo de acción: el deflazacort reduce la inflamación al inhibir la liberación de las hidrolasas ácidas de los leucocitos, previniendo la acumulación de macrófagos en los lugares infectados, interfiriendo con la adhesión leucocitaria a las paredes de los capilares y reduciendo la permeabilidad de la membrana de los capilares, lo que ocasiona una reducción del edema. Además, el deflazacort reduce la concentración de los componentes del complemento, inhibiendo la liberación de histamina y cininas, e interfiere con la formación de tejido fibroso. Los efectos anti-inflamatorios de los corticoides en general se deben a sus efectos sobre las lipocortinas, unas proteínas inhibidoras de la fosfolipasa A2. Las lipocortinas controlan la síntesis de potentes mediadores de la inflamación como los leucotrienos y las prostaglandinas, al actuar inhibiendo la síntesis de su procursor, el ácido araquidónico.

La actividad inmunosupresora de los corticoides se debe a que alteran la función del sistema linfático, reduciendo las concentraciones de inmunoglobulinas y del complemento, inhibiendo el transporte de los inmunocomplejos a través de las membranas capilares, reduciendo el número de linfocitos e interfiriendo con las reaccionesd antígeno-anticuerpo.

Farmacocinética: después de una dosis oral el deflazacort se absorbe bien y es transformado inmediatamente por las esterasas plasmáticas en el metabolito activo (21-OH deflazacort). Este metabolito alcanza concentraciones plasmáticas máximas en 1,5 a 2 horas. El metabolito se encuentra unido en el 40% a las proteínas plasmáticas. No posee afinidad por la trascortina. La vida media plasmática de 21-OH deflazacort es de 1,1 a 1,9 horas.

La eliminación tiene lugar principalmente por el riñón, siendo excretado en las primeras 8 horas de su administración, el 70% del compuesto a través de la orina. El 30% restante se elimina por las heces. El metabolismo del 21-OH deflazacort es amplio, solamente el 5% de la excreción urinaria representa 21-OH deflazacort, mientras que los metabolitos del 6-beta-OH deflazacort representan un tercio de la eliminación urinaria.

Toxicidad: Los estudios de toxicología aguda y crónica revelan hallazgos semejantes a los encontrados con otros corticoesteroides a dosis antiinflamatorias equivalentes. Los efectos teratogénicos en animales de laboratorio son los típicos que aparecen con otros corticoides.

La DL50 oral en el ratón, rata y perro (4.000-5.200 mg/kg) es 3.000-4.000 veces superior a la dosis clínica máxima diaria que se administra en el hombre. En dos estudios completos de toxicidad a dosis orales repetidas durante doce meses, que se realizaron en ratas y en el mono Cynomolgus, los cambios estuvieron relacionados con el tratamiento típico de los glucocorticoides.

Al igual que otros glucocorticoides, el deflazacort mostró efectos dosis-dependientes teratogénicos en ratas y conejos a dosis muy elevadas, y no mostró propiedades genotóxicas en una extensa batería de ensayos mutagénicos "in vivo" e "in vitro". No se evidenció que el deflazacort tuviera propiedades de inducir o estimular el desarrollo de tumores en el ratón.

 

 

INDICACIONES Y POSOLOGIA

Nota: un comprimido de 6 mg de Deflazacort posee una equivalencia terapéutica aproximada a 5 mg de prednisona. Si bien es importante señalar que el requerimiento corticosteroideo es variable y que, por tanto, la posología debe ser individualizada, teniendo en cuenta la patología y la respuesta terapéutica del paciente.

Distrofia muscular de Duchene:

Administración oral:
  • Adultos: las dosis usuales son de 6-90 mg/día dependiendo de la gravedad de la enfermedad a tratar y de la evolución de la misma. La dosis inicial deberá mantenerse o modificarse a fin de obtener una respuesta clínica satisfactoria. La dosis de mantenimiento debe ser siempre la mínima capaz de controlar la sintomatología

Artritis juvenil idiopática:

  • Adultos: las dosis usuales son de 6-90 mg/día dependiendo de la gravedad de la enfermedad a tratar y de la evolución de la misma. La dosis inicial deberá mantenerse o modificarse a fin de obtener una respuesta clínica satisfactoria. La dosis de mantenimiento debe ser siempre la mínima capaz de controlar la sintomatología
  • Niños y lactantes >2 meses: 0,25-1,5 mg/kg.

Otras indicaciones:

El deflazacort también se utiliza en el tratamiento de algunos desórdenes hematológicos (linfoma no de Hodgkin, púrpura idiopática trombocitopénica, hepatitis autoinmune, asma bronquial refractario a la terapia convencional. Sarcoidosis con afección pulmonar; alveolitis alérgica extrínseca (neumoconiosis por polvo orgánico); neumonía intersticial descamativa (fibrosis pulmonar idiopática), coroiditis; corioretinitis; iritis e iridociclitis, disferlinopatías, síndrome nefrótico, etc.

 

 

CONTRAINDICACIONES Y PRECAUCIONES

El deflazacort está contraindicado en pacientes con hipersensibilidad al fármaco, úlcera péptica, tuberculosis activa, herpes simplex ocular, herpes zoster, varicela, infecciones micóticas sistémicas, período pre y postvacunal.

L corticosteroides pueden enmascarar los síntomas de una infección y no se deben utilizar en casos de infecciones víricas o bacterianas que no estén controladas adecuadamente. Son frecuentes las infecciones secundarias durante el tratamiento con corticosteroides sistémicos. Los corticosteroides sistémicos pueden reactivar la tuberculosis y no se deben utilizar en pacientes con historia de esta enfermedad, excepto cuando se instaura al mismo tiempo un tratamiento antituberculoso.

Los niños que deban ser tratados con corticosteroides sistémicos deben ser previamente vacunados de la varicela y se deben verificar los niveles de anticuerpos antes de iniciar cualquier tratamiento. Los pacientes deben ser instruídos para que notifiquen inmediatamente a su médico cualquier signo o síntoma de infección durante el tratamiento con betametasona sistémica y durante los 12 meses siguientes a la interrupción del tratamiento.

La administración prolongada de corticosteroides puede producir una atrofia de la matriz ósea acompañada de un retraso en la cicatrización de heridas, pérdida de masa muscular y dolor o debilidad muscular, todos ellos efectos de un catabolismo proteico. La atrofia de la matriz ósea puede llegar a producir osteoporosis, fracturas vertebrales de compresión y fracturas de los huesos largos. Por este motivo, los corticosteroides deben ser utilizados con precaución en ancianos y mujeres postmenopaúsicas que son especialmente susceptibles a estas lesiones.

El tratamiento con corticosteroides sistémicos ha sido asociado con roturas de la pared ventricular en pacientes con infartos de miocardio recientes, por lo que el tratamiento con betametasona en estos pacientes se llevará a cabo con extrema precaución. Como los corticosteroides sistémicos producen edema y aumento de peso, los pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva e hipertensión pueden experimentar un empeoramiento de su condición.

Los corticosteroides sistémicos se deben utilizar con grandes precauciones en pacientes psicóticos, con inestabilidad emocional, enfermedad renal o epilepsia, dado que pueden empeorar estas condiciones. De igual forma, se utilizarán con precaución en casos de miastenia grave, en particular si los pacientes han recibido un tratamiento con fármacos anticolinesterásicos.

 

Clasificación de la FDA de riesgo en el embarazo

El deflazacort está incluído dentro de la categoría C de riesgo en el embarazo. Se han comunicado abortos prematuros y malformaciones, en particular fisura palatina, en pacientes que recibieron corticosteroides durante el embarazo, por lo que la utilización de estos fármacos durante el embarazo debe de ser discutida con el paciente. Los neonatos nacidos de mujeres tratadas con corticosteroides sistémicos durante el embarazo deben ser estudiados para detectar posibles signos de insuficiencia adrenal y, si fuese necesario, se debe instaurar un tratamiento adecuado.

Los corticosteroides se excretan en la leche humana y se suele recomendar que se utilice la lactancia artificial en los casos de mujeres bajo tratamiento corticoide que no puedan abandonar el mismo.

 

 
 

Las dosis farmacológicas de los corticosteroides sistémicos suprimen la función hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA) y, si se discontinúa el tratamiento bruscamente puede producirse una insuficiencia adrenal aguda que puede acarrear incluso la muerte. La discontinuación de una tratamiento prolongado con corticoides se debe realizar de modo gradual. Hay que tener en cuenta que la supresión de la función HPA se puede prolongar hasta 12 meses después de abandonar el tratamiento, de manera que los pacientes pueden necesitar un suplemento corticoide durante este tiempo. También se conoce un "síndrome de discontinuación de un tratamiento corticoide" no dependiente de la función HTA que se cree es debido al cambio brusco de concentraciones de corticoides en la sangre más que a la supresión de la función adrenal.

 

 
 

INTERACCIONES

Los inductores de las enzimas hepáticas (barbituratos, fenitoína y rifampicina) pueden aumentar el metabolismo de los glucocorticoides y reducir su eficacia. Las dosis de deflazcort pueden necesitar reajustes si alguno de estos fármacos es añadido o retirado durante el tratamiento con corticoides.

Los estrógenos pueden aumentar la concentración de transcortina, reduciendo las cantidades de cortisona libre y alterando sus efectos. Puede ser necesario un reajuste de las dosis si se añaden o retiran estrógenos durante un tratamiento glucocorticoide.

Los corticosteroides aumentan el riesgo de ulceraciones gástricas inducidas por el antiinflamatorios no esteroídicos (AINES). Los salicilatos y la aspirina deben ser usados con precaución en pacientes con hipoprotrombinemia que también estén tratados con corticoides. Además, si se discontinúa el tratamiento corticoide, los niveles de salicilatos pueden aumentar debido a la reducción del metabolismo de los salicilatos que se encuentra aumentado por los corticoides, lo que puede producir una toxicidad por salicilatos y un aumento de los efectos secundarios.

Los glucocorticoides estimulan la excreción urinaria de potasio. Si se administran concomitantemente otros fármacos que también eliminan potasio como las tiazidas, la furosemida, el ácido etacrínico o la anfotericina B, puede producirse hipokaliemia. Se recomienda determinar los niveles de potasio si se administran corticoides con estos fármacos. Además, pueden aumentar el riesgo de arritmias en pacientes tratados con digoxina o dofetilida, y pueden potenciar el bloqueo neuromuscular producido por los bloqueantes neuromusculares no depolarizantes.

Los glucocorticoides interaccionan con los inhibidores de la colinesterasa como el ambenonium, la neostigmina y piridostigmina, provocando una seria debilidad muscular en pacientes con miastenia gravis. No obstante, hay casos en que deben usarse ambas terapias concomitantemente.

En raras ocasiones, los corticosteroides pueden aumentar la coagulabilidad de la sangre. Los pacientes tratados con heparina o warfarina pueden experimentar una pérdida parcial del efecto clínico. Por otra parte, la irritación gastrointestinal provocada por los corticosteroides puede aumentar el riesgo de hemorragias en pacientes anticoagulados, por lo que los pacientes bajo heparina o warfarina deberán ser vigilados se se instaura un tratamiento con betametasona.

Los corticosteroides sistémicos aumentan los niveles de glucosa en sangre. Además, existe una interacción farmacodinámica entre los corticosteroides y los antidiabéticos orales. Los diabéticos de tipo 1 y 2 requerirán reajuste de las dosis de insulina o de antidiabéticos orales si se inicia o discontinua un tratamiento corticoide. Se ha observado que las concentraciones plasmáticas de lactato aumentan cuando se administra metformina concomitantemente con hidrocortisona, con el correspondiente riesgo de desencadenar una acidos láctica. Por estos motivos, los diabéticos tratados con corticoides deberán ser estrechamente vigilados.

La vacumación con vacunas a base de virus muertos o inactivados o con toxoides no representa ningún peligro para los pacientes tratados con deflazacort. Sin embargo, la respuesta inmune de los pacientes inmunosuprimidos a las vacunas es reducida por lo se requieren dosis más altas y más frecuentes. Aún asi, la inmunización resultante puede no ser óptima. Las vacunas con virus vivos están contraindicadas durante el tratamiento con corticosteroides que podrían potenciar la replicación del virus. De igual forma, los pacientes tratados con altas dosis de deflazacort no deben ser expuestos a personas que hayan recibido recientemente la vacuna oral contra el poliovirus. Antes de ser vacunados, los pacientes deberán esperar entre 3 meses y un año después de la discontinuación del tratamiento.

La administración de corticoides antes o durante la terapia fotodinámica con porfímero puede reducir la eficacia de este tratamiento.

En los pacientes asmáticos el riesgo de cardiotoxicidad del isoproterenol puede aumentar si se administran concomitantemente corticosteroides o metilxantinas. Se ha observado infarto de micocardio con necrosis, insuficiencia cardíaca congestiva y muerte en casos en los que se administrados dosis i.v. de isoproterenol de 0.05 a 2.7 mg/kg/min en niños asma refractario.

 

 

PRESENTACION

Deflazacort Sandoz 30 mg comprimidos

Deflazacort NORMON 30 mg comprimidos EFG

 

 
 

REFERENCIAS

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  Monografía revisada el 14 de abril de 2013. Equipo de redacción de IQB (Centro colaborador de La Administración Nacional de Medicamentos, alimentos y Tecnología Médica -ANMAT - Argentina).
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